El 15 de julio se celebra la festividad de San Buenaventura de Bagnoregio, cardenal, obispo de Albano y doctor de la Iglesia. 

Nacido en la actual “ciudad que muere” de Bagnoregio, cerca de Viterbo, Juan Fidanza es hijo de un médico. Pronto se dio cuenta de que no quería seguir el camino de su padre. A los 18 años se fue a estudiar a París, donde ingresó en la Orden de los Frailes Menores y terminó sus estudios en 1253, convirtiéndose en magister y obteniendo la licencia para enseñar teología.

Mientras tanto, sin embargo, ha estallado una terrible lucha interna entre los maestros seculares y los maestros pertenecientes a las órdenes mendicantes, que durante cierto tiempo no son reconocidos por las universidades.

Mientras tanto, en 1257, Fray Buenaventura se convirtió en Ministro general de los Hermanos Menores y este nuevo cargo lo obligó a dejar la enseñanza y a viajar por toda Europa. En 1260 escribió una nueva biografía de San Francisco, la Legenda Maior, que sustituyó a todas las biografías existentes y se fijó el objetivo de fortalecer la unidad de la Orden.

En 1271 regresó a Viterbo y ofreció su contribución a la resolución del famoso cónclave, el más largo de la historia, que finalmente eligió a su amigo: Gregorio X. Fue este Papa quien, dos años más tarde, lo consagró Obispo de Albano y Cardenal encomendándole la tarea de organizar un Concilio en Lyon para la unidad entre las Iglesias latina y griega. Precisamente durante este Concilio, después de dos intervenciones, Buenaventura murió en 1274.

En 1588 el Papa Sixto V lo cuenta entre los Doctores de la Iglesia – que en ese momento eran seis – junto a Santo Tomás de Aquino, distinguiéndolos como el Doctor seráfico a Buenaventura y Doctor angélico a Tomás.