El 11 de junio se celebra la festividad de San Bernabé, apóstol.
Bernabé es uno de los discípulos más reconocidos de la primera comunidad cristiana que, aunque no era de los Doce, también fue enviado como apóstol. En efecto, gracias a él, Pablo que acababa de convertirse en el camino a Damasco fue acogido en Jerusalén por los apóstoles y la comunidad pues era claro que muchos desconfiaban de ese Saulo que había perseguido a los cristianos, (cf. Hch 9, 27) pero Bernabé lo acogió y lo introdujo en la comunidad. Considerado un «hombre virtuoso, lleno del Espíritu Santo y de fe», (cf. Hch 11,24), fue enviado a Antioquía de Siria, de donde habían llegado noticias de numerosas conversiones.
Después de la predicación en Antioquía, Bernabé y Pablo parten para una nueva misión en Chipre. Con ellos también está Juan, llamado Marcos (el evangelista), primo de Bernabé. La siguiente etapa es Panfilia, pero aquí el inexperto Juan decide regresarse a Jerusalén (tal vez por miedo). Bernabé y Pablo continúan, hacia Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y, fnialmente, regresan de nuevo a Antioquía de Siria. También van a Perge y a Atalia. El creciente número de conversiones de los gentiles dio lugar a disputas sobre si la circuncisión era necesaria, por lo que, alrededor del 49, Bernabé y Pablo regresaron a Jerusalén para discutirlo con los apóstoles. (cf. Hch 15,1-35). Poco después los dos se prepararon para una nueva misión, pero Bernabé quería volver a viajar con Juan, mientras que Pablo, (aún resentido por el abandono anterior), estaba en contra: no confiaba en el joven. Bernabé, en cambio, vio en él a un discípulo por recuperar. Al no encontrar un acuerdo, sus caminos se dividieron: Bernabé se embarca para Chipre con su primo. Pablo, en cambio se va a Asia.
El Nuevo Testamento ya no nos da más noticias ciertas sobre Bernabé, pero algunos textos bizantinos hablan de un viaje con Pedro que lo lleva a Roma. Desde allí habría continuado hacia el norte de Italia. En Milán, en particular, su predicación habría dado lugar a varias conversiones y a la primera comunidad cristiana de la ciudad, que por esta razón lo considera su primer obispo. Las Actas de Bernabé, una obra ya del siglo V, cuenta su muerte en Salamina, donde habría sido apedreado por los judíos sirios en el año 61. Hoy en día en Salamina la tumba de Bernabé todavía existe y se dice que se habría aparecido en un sueño al obispo de Salamina, Anthemios, a finales del siglo V, quien habría trasladado los restos del apóstol a la basílica que quiso dedicarle.