Los fieles motrileños que acudieron a la celebración dominical pudieron conocer de cerca al nuevo Arzobispo. El párroco del Santuario, D. Daniel Barranco, acompañó al prelado por Motril para que ubicase las parroquias que la componen.
Después de hacerse las primeras impresiones, Mons. Gil Tamayo se acercó a orar al templo donde se encuentra la patrona. Los miembros de la hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza le mostraron el camarín, donde pasó un tiempo rezando ante la imagen de la Virgen.
Los hermanos de la cofradía de Pasión y Amargura, los catequistas, voluntarios de Cáritas y demás fieles que asistieron a la Misa de las 19:30 horas, pudieron escuchar la predicación del Arzobispo, dentro de estos últimos días del año litúrgico.
“El juicio nos da esperanza porque sabemos que el mal no tiene la última palabra. Vemos que hay guerras, prisiones, violaciones, tantos atropellos de los derechos humanos y tanta miseria muchas veces personal”, dijo D. José María. “Nosotros también rezamos y le pedimos a la santísima Virgen por nosotros, pecadores. Esa es nuestra condición. En la medida en que tomamos conciencia de ello nos damos cuenta de que necesitamos la salvación de Jesús”.
Después de la celebración de la Santa Misa, el Arzobispo coadjutor firmó el libro de la Hermandad de la Cabeza y se despidió con la promesa de volver a pasar pronto por Motril.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social