Arranca un nuevo curso en defensa de la familia y de la vida. Los colaboradores y voluntarios de la Pastoral Familiar se encontraron en la iglesia del Sagrario para iniciar su andadura con una Eucaristía.
Presentes estaban los directores de la Pastoral Familiar, Soledad Serrano y César Sánchez, con buena parte del equipo con el que afrontan este reto pastoral de cuidado de la institución familiar. Una pastoral que propone iniciativas como Proyecto Ángel o Proyecto Raquel, o diversos cursos sobre afectividad, sexualidad y fertilidad.
Este año como novedad se espera poder estrenar la Casa Diocesana de la Familia, un centro llamado a ser un espacio de encuentro y donde se aglutinen todos los servicios pastorales de ayuda a familias, parejas y matrimonios de la diócesis.
LA MISIÓN DE SER UNA GRAN FAMILIA
Durante su predicación, Mons. Martínez recordó que el ataque que se hace a la familia no es algo nuevo, sino que es una realidad que se da desde hace siglos, y que se identifica con la agresión que se hace al ser humano dentro de la cultura de la muerte de la que habló Juan Pablo II.
“Podemos ser un islote en medio de este mundo que va hacia su muerte, porque quien ha encontrado la fe descubre un horizonte nuevo”, afirmó el prelado, “nuestra misión es mostrar a los hombres la belleza que tiene haber encontrado a Jesucristo, simplemente disfrutando de esa belleza, de ese amor y no ocultárselo a los hombres”
Concluía animando a todos los miembros de la pastoral a no temer nada, y a llevar a cabo con alegría su tarea. “Los de Pastoral Familiar me han oído decir muchas veces que la Pastoral Familiar no es una especialidad, es la Pastoral general, porque todos estamos en una familia, todos vivimos en una familia”, apuntó. “No existe ser humano sin familia y, por lo tanto, la misión de la Pastoral Familiar es la misma que la misión de la Iglesia”.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social