La comunidad parroquial de Churriana estaba de fiesta. Tras unos años de preparación, con la pandemia de por medio, una veintena de confirmandos recibían la plenitud de dones del Espíritu Santo.

Concelebrando junto al vicario estaban los hermanos D. Darío y D. Armando Cano, párrocos in solidum de Churriana. También el sacerdote churrianero D. Felipe Aguilera, acompañando a un familiar.

El grupo de adultos se preparó con reuniones mensuales, hablando sobre la importancia del sacramento que iban a recibir. Por su parte, los jóvenes estuvieron trabajando durante los últimos tres años en reuniones semanales.

“Estaban todos un poco tímidos por los nervios, pero tenían una cara de felicidad que me alegró a mí también”, asevera, Nelly García, la catequista de los jóvenes. “A fin de cuentas ahí es donde se les ve lo que se les ha transmitido en este tiempo, que han ido creciendo en la fe y algo se les queda”.

“Dios no juega con la vida de nadie, no improvisa sino que quiere la salvación. Hablar de la salvación cuesta mucho trabajo”, les dijo D. Francisco Tejerizo durante la predicación, “No somos fruto de un azar. Sentid que estáis amados por Dios desde el principio y sentid que no estáis solos, que no hay abismo que Dios no pueda superar”.

Una vez recibida esta plenitud de dones del Espíritu Santo, cada uno de los confirmandos prosiguió la celebración con sus respectivos padrinos, familiares y amigos.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social