“Las cofradías no somos solo las procesiones”. Esta es la frase más escuchada cuando uno hablaba con los hermanos mayores o vocales de caridad de las 32 hermandades y cofradías de Granada. Así lo repetían porque el testimonio público de fe de todas ellas no desapareció con la suspensión de las salidas de las estaciones de penitencia.

Contrario a lo que se pueda pensar, las hermandades y cofradías de Granada estuvieron más unidas que nunca durante la situación de crisis. Cuando se decretaba aquel confinamiento que llevó a la sociedad granadina a una inesperada recesión económica, todas ellas decidieron sumar fuerzas para abordar la urgente situación de pobreza.

Coordinadas por la Real Federación, todas se juntaron para poder llegar adonde una sola hermandad no podía llegar con sus propias fuerzas. Atendieron de esta forma a los cientos de personas sin techo que se quedaron especialmente abandonadas durante el confinamiento, así como a los cientos de familias que necesitaron de alimento, ropa o juguetes para los más pequeños. No bastaba con la sala de una sola hermandad, ahora todas debían buscar un local de al menos doscientos metros cuadrados para alojar la gran cantidad de donaciones que les llegaban con las distintas campañas convocadas por la Real Federación.

Ya aseguraba por entonces Fernando Alcalá, vocal de economía de la Real Federación, que las hermandades podrían escribir un libro con la cantidad de historias y anécdotas extraordinarias que podían contar. Lo es después de que todas ellas se las ingeniasen para asistir a la sociedad granadina costeando sus alquileres, pagando facturas de luz, buscando muebles, pañales o mascarillas. Todo ello, por otro lado, sin olvidar la ayuda a sus propios hermanos cofrades, que fueron los primeros en sufrir las consecuencias de la pandemia.

PROYECTO JERICÓ Y UCRANIA

Con esta inestimable labor en forma de esfuerzo, tiempo y cientos de miles de euros empleados, las hermandades y cofradías de Granada siguen trabajando conjuntamente para asistir a los más desamparados de la sociedad granadina. Uno de los últimos ejemplos de su asistencia conjunta ha sido la donación de un centenar de sábanas de invierno a un colegio de huérfanos del Albaicín, así como el pago de cinco camas para una estancia de al menos cinco meses de las personas sin techo que acuden a Proyecto Jericó.

A toda esta ayuda, que muchas hermandades han querido mantener en secreto para salvaguardar la privacidad de muchas de esas familias que reciben su apoyo, se suma ahora la realidad de Ucrania, a la que las 32 hermandades de Granada asistirán también ahora de forma conjunta. Una tarea caritativa que ha supuesto un verdadero sacrificio de muchas de ellas, que no han dejado de necesitar pagar sus coutas de hermandad para el mantenimiento de las mismas. Una labor de caridad a la que también han colaborado los fieles desde portales como www.donoamiiglesia.es o mediante sus aportaciones de la declaración de la Renta.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social