Nuestro Padre, Jesús del Rescate, gracias por tu redención, por tu perdón, por tu dolor ofrecido por la salvación del mundo. Nosotros nos erigimos en salvadores de los demás, pero ni siquiera logramos salvarnos a nosotros mismos. Sólo Tú eres nuestro Salvador, el Redentor del mundo.
“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Con la ofrenda de Tu vida has pagado la deuda de Adán, devolviéndonos una inocencia de niños, una conciencia de salvados por pura gracia y misericordia. ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados? Gracias a ti, la trampa se rompió y escapamos de la muerte.
Nuestro Padre, Jesús del Rescate, no nos abandones en mano de nuestro enemigo, para que podamos darTe gracias siempre y adorarTe en espíritu y verdad.
Francisco Javier Espigares Flores
Vicario General de la Archidiócesis de Granada
Lunes Santo, 11 de abril de 2022