El dogma de la Inmaculada Concepción es un dogma de fe de la Iglesia Católica que se promulgó en el año 1854 con la carta apostólica del Papa Pío IX, Ineffabilis Deus, que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo. María es la única persona en la toda la historia de la humanidad que nació sin pecado original.
La Inmaculada Concepción de María es una de las dos únicas declaraciones ex cátedra; por lo tanto, para la Iglesia católica, se trata de una declaración infalible pues queda incluida en el magisterio extraordinario de la Iglesia.
El origen de la fiesta se remonta al año 1585 cuando durante estos mismos días (7-8 de diciembre) se estaba luchando la Batalla de Empel en la Guerra de los Ochenta Años en los Flandes. Durante esta batalla, el ejército español derrotó al bando enemigo gracias a un milagro de la Virgen.
Un tercio de la armada española combatían en la isla de Bommel, concretamente en el monte de Empel. Aquella noche uno de los soldados del ejército español, mientras estaba cavando una trinchera, se encontró con una imagen de la Virgen. Una tabla flamenca que reflejaba la imagen de la Inmaculada Concepción de María.
Así que, en ese momento, improvisaron un altar a la Virgen y se pusieron a rezar toda la noche. A la mañana siguiente, el agua se había congelado y el ejército pudo huir. Los españoles vencieron en Flandes una batalla que parecía perdida. Desde ese año, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.
Este patronazgo se consolidaría trescientos años después, tras la publicación de la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854 cuando se proclamó como dogma de fe católica la Concepción Inmaculada de la Virgen Santísima.
El 12 de noviembre de 1892, a solicitud del Inspector del Arma de Infantería del Ejército de Tierra de España, por real orden de la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo, se declaró Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción. Es patrona también del Cuerpo Eclesiástico del Ejército y del Estado Mayor, del Cuerpo Jurídico, y de la Farmacia militar.
España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644, cuando se empezó a celebrar el milagro de Empel. Durante la celebración de dicha festividad, los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.