La Iglesia de Santo Domingo fue en la tarde de ayer, 7 de octubre, punto de encuentro para numerosos fieles que participaron en la primera jornada de cultos a Nuestra Señora del Rosario que se prolongarán hasta el próximo 12 de octubre.
En este inicio de las conmemoraciones, que contó con la presencia del Cardenal Fray Carlos Amigo, Arzobispo Emérito de Sevilla, se celebraba también el VIII Centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán y el 450º aniversario de la Batalla de Lepanto.
La celebración comenzó con palabras de bienvenida de parte del Cardenal Fray Carlos Amigo a todos los presentes entre los que encontraban los miembros de la orden dominica, del Convento de Santa Cruz la Real, de la Orden Pontificia del Santo Sepulcro de Jerusalén, la Real Maestranza de Caballería de Granada, los hermanos y hermanas de la Archicofradía del Rosario, miembros de la Comisión para el 450º aniversario de la victoria de Lepanto, junto a decenas de fieles y devotos del Rosario.
Asimismo, entre las autoridades civiles y militares estuvieron presentes el Ministerio de Defensa, el Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc), la Infantería de Marina, las autoridades de la base de Armilla, de la Fragata Reina Sofía y de la Guardia civil.
EL ROSARIO, LUZ PARA NUESTRAS VIDAS
Durante su homilía, Mons. Carlos Amigos Vallejo haciendo alusión a las importantes fechas que se conmemoraban en esa celebración como “el tiempo pasa pero las bendiciones de Dios permanecen”. “La vida santa de Santo Domingo y las obras heroicas de otros hombres ilustres continúan presentes en tantos de los aquí presentes que entregáis vuestras vidas al servicio de los demás”, reconoció.
De esta forma, el paso del tiempo también señaló que nos hace mirar al pasado y al futuro. “Hay que evitar mirar el pasado con nostalgia y el futuro con miedo. Del pasado se deben aprender lecciones e imitar el ejemplo de los santos, así como el futuro puede ser una ocasión para sacar lo mejor que tenemos para construir una sociedad mejor”, apuntó el cardenal.
Haciendo referencia a la devoción al Santísimo Rosario el prelado definió esta oración como un “recorrer la vida de Cristo, sus promesas” siendo los misterios de Cristo nuestra propia vida. “Hay misterios de gozo, de alegría, que no depende de que nos vaya bien o mal sino de que Dios es bueno con nosotros. Los misterios de gloria, los luminosos, son luz que iluminan nuestra vida”. Finalmente añadió: “La Virgen del Rosario nos enseñará lo que tenemos que hacer en cualquier momento, a ser fieles. La fidelidad es el amor mantenido a pesar de todos los pesares”.
Al término de la Eucaristía la Archicofradía del rosario entregó al Cardenal Fray Carlos Amigo un cuadro como obsequio, de igual manera que el Arzobispo Emérito de Sevilla quiso dejar también su huella en la iglesia de Santo Domingo entregando a la cofradía una medalla acuñada con motivo del 25º aniversario de su ordenación episcopal en forma de moneda con su lema episcopal inscrito: “Gracia y paz”, pidiendo a todos los presentes que rezasen también por él.
A partir del 8 de octubre la predicación de los cultos a la Virgen del Rosario estarán a cargo de Fray Luis Miguel García, Prior del Convento de San Pablo de Palencia. El día 12, último día de las celebraciones, la Misa estará presidida por D. Blas Gordo, párroco de la Basílica de las Angustias.
María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social