Martín vive en medio de la invasión de los suevos por nuestra península. Él era oriundo de Hungría, lugar donde debió nacer entre el 510 y el 520. Sabemos que peregrinó a Palestina a conocer Tierra Santa. Después regrsesa como peregrino hasta Roma y, antes de llegar a Hispania, pasa por el reino de los francos haciendo apostolado.
Así fue como pasó el presbítero húngaro Martín a Galecia. En Dumio funda un monasterio, siguiendo el estilo que conoció en la diócesis de Arlés, basado en parte en la regla de san Benito. Regula la vida del clero formándoles según los cánones y los acuerdos de los concilios españoles y africanos. Atiende celoso al campesinado donde abundan las supersticiones paganas, célticas y germánicas.
Escribió una serie de tratados doctrinales, inspirados también del espíritu de Séneca. Contribuyó a la conversión de los suevos al catolicismo. Fue copartícipe de la conversión del rey suevo y de su pueblo, reconocidos en el concilio de Braga del 561.