Jean Pierre Néel (1832-1862) era natural de Sainte Catherine-sur-Rivière, Lyon. Desde muy joven quiso ser sacerdote; ingresó primero en el seminario de Montbrisson, donde estudió humanidades, pasando luego al seminario de Largnetière, aquí maduró su vocación misionera y en 1855, dejó el seminario y pasó al de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, donde fue ordenado en 1858.
Fue destinado a China, el viaje duró siete meses. Al llegar se dedicó primero a aprender la lengua y las costumbres chinas y luego se le confió la dirección de la comunidad cristiana de Kia-cha-long. Cuatro años duró su ministerio. Capturado en casa de un cristiano al que había bautizado; fue atado por los cabellos a la cola de un caballo y arrastrado hasta la población de Kay-Tcheu, donde residía el mandarín. Éste no hizo caso a su condición de ciudadano francés. Mandó que fuera desnudado y lo ataron, de nuevo, a la cola de un caballo, que lo arrastró en medio de la burla de la gente, finalmente decapitado a las afueras del pueblo. En el momento de su decapitación un globo luminoso se posó sobre el mártir, causando gran estupor a los presentes. Así quiso el Señor premiar su generosidad.
Con él sufrieron el martirio los santos Martín Wu Xuesheng, catequista, Juan Zhang Tianshen, neófito, y Juan Chen Xianheng.