Fecha de publicación: 8 de mayo de 2020

Tradicionalmente el presbiterado de Granada celebra el lunes siguiente a la festividad de su patrón, San Juan de Ávila, esta jornada en acción de gracias por la vocación recibida para el servicio y la dedicación al pueblo de Dios en nuestra diócesis. Este año, y debido a las consecuencias derivadas de la pandemia del Covid-19, el presbiterio granadino no se reunirá presencialmente, pero si se les invita desde la Delegación Diocesana para Clero a estar unidos en oración en este día, cuya celebración será el próximo domingo, 10 de mayo, siendo fuente de “fe” y “esperanza” en estos tiempos de dificultad.

“En estos tiempos debemos animarnos a vivir más que nunca la alegría de la Pascua, los sacerdotes somos portadores del mensaje de la Resurrección del Señor, en medio de la enfermedad y del sufrimiento humano tenemos esta riqueza. La presencia de Cristo debe resucitado debe ser fuente de ánimo y esperanza y por ello la vida de la Iglesia en estos tiempos de pandemia ha seguido su curso sin limitarse por no ser posible la celebración de cultos, ha habido una presencia importante en la caridad, en el acompañamiento de los que sufren, también en las tareas formativas de los distintos grupos parroquiales, esto es muy bonito”, destaca D. Blas Gordo, Delegado diocesano para el Clero en Granada.

SAN JUAN DE ÁVILA, ESPEJO PARA EL MINISTERIO SACERDOTAL
Granada fue testigo del paso y de la predicación de San Juan de Ávila en nuestra diócesis, en el siglo XVI, contemporáneo de Santa Teresa de Jesús, San Juan de Dios, San Juan de la Cruz, época de gran riqueza en la Iglesia. De esta forma, su figura de santidad caracterizada por la centralidad de Dios en su vida es una inspiración para el clero diocesano. “Dios le pide realidades nuevas, él busca con ahincó el camino de la santidad. Fue un misionero sin igual en Andalucía, acompañado por otros sacerdotes, llegando a lugares donde la evangelización era deficitaria. También fue un reformador, con deseo de invertir en la formación de las nuevas vocaciones sacerdotales, y en la comunión presbiterial. Dios siempre tuvo una centralidad clarísima en su vida”, afirma D. Blas Gordo sobre la figura del patrón.

EL SERVICIO PASTORAL Y LAS NUEVAS TECONOLOGÍAS
Desde la Delegación diocesana para el Clero se anima también en este tiempo a los sacerdotes a “aprender a anunciar utilizando todos los medios a nuestro alcance”. Para su delegado: “Es una realidad muy rica el poder tener los medios de comunicación y las redes sociales, aplicaciones tecnológicas, etc. Debemos aplicar todo esto también a nuestra tarea pastoral en todos los sentidos”, comenta.

De la misma forma, para D. Blas Gordo, también es importante en estos tiempos de dificultad seguir fomentando, aunque no pueda ser de forma presencial, la oración y la comunión entre el presbiterado puede seguir fomentándose de forma virtual para seguir avanzando juntos en previsión de las nuevas circunstancias para poder continuar con la tarea de servir al pueblo de Dios.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada