Granada, 20 de diciembre de 2019.- El Vicario General de la Archidiócesis de Granada, D. Francisco Javier Espigares, bendijo en la tarde del jueves 19 de diciembre el Centro Betania en Lanjarón, un Centro dirigido a los mayores del pueblo donde puedan encontrarse para su tiempo de ocio y conversación, que también acoge sala de cultura, es un centro de servicios sociales y sede de Protección Civil. Asimismo, la parroquia de Lanjarón también dispone de dos salas para sus actividades pastorales.
El Centro Betania, que conserva su nombre desde que fuera puesto en marcha en los años 70 como residencia de ancianos por las Hijas de la Caridad, retoma, tras un largo tiempo de inactividad, su funcionamiento como centro de encuentro para mayores, cultura y para actividades pastorales, en virtud de un contrato de cesión de uso al ayuntamiento de Lanjarón, por parte del Arzobispado y la parroquia.
Al acto de bendición asistieron numerosas personas del pueblo y autoridades locales, entre ellos el alcalde. De forma destacada, asistieron las hermanas Hijas de la Caridad de Lanjarón, “alma mater de todo esto”, señaló el Vicario General. En el acto de bendición se descubrió una placa en agradecimiento y recuerdo por el origen de servicio y entrega a los mayores por parte de la congregación.
D. Francisco Javier Espigares, que bendijo el lugar y a los asistentes, subrayó que “es un motivo de gratitud poder colaborar las distintas administraciones, en beneficio de la gente, que es lo que importa; en beneficio de que los proyectos sigan adelante, de que no se paralicen, de que se vayan renovando, y esto es lo que ha hecho este centro. Esta cesión de uso se hace en beneficio de las personas, especialmente de los ancianos, de la cultura, de la parroquia, para que aquí también pueda tener un espacio, cerca de su templo”. “Pedimos al Señor su bendición para que aquí se haga Su Voluntad y donde todos estemos siempre alegres y beneficiados del bien que el Señor hace con todos nosotros”, señaló.
Por su parte, el párroco de Lanjarón, D. Antonio Jesús Heredia, recordaba su época en la que acudía, siendo estudiante de instituto desde Órgiva, al pueblo del que ahora es párroco para ayudar a las hermanas Hijas de la Caridad en las cenas a los ancianos en la anterior residencia. Un lugar que, desde la parroquia y con el Arzobispado, mantendrá “vivo el espíritu” inicial de las hermanas de la congregación.
ACTIVIDADES
El edificio contará con un programa anual de actividades que serán acordadas por parte del ayuntamiento con la parroquia de Lanjarón y el Arzobispado, para garantizar la obra social y caritativa que la vio nacer en atención al bien de las personas. Asimismo, la parroquia contará con dos salas para sus actividades pastorales, todas ellas con nombre que evocan el espíritu cristiano, como el del nombre de la parroquia del pueblo, para una de sus salas de uso pastoral, la Encarnación.
El nuevo edificio rehabilitado en Lanjarón tuvo su origen en los años 70, cuando las Hijas de la Caridad cedieron una parte de los terrenos de su propia casa para atender al alto número de ancianos en el pueblo. Fue el modo como la Iglesia dio respuesta a una necesidad que las instituciones civiles no ofrecían. Tras un tiempo de inactividad por falta de recursos para su mantenimiento y por quedar obsoleto, el edificio se ha rehabilitado por medio de ese contrato de cesión de uso al ayuntamiento, y que, a través de la parroquia y gracias en su origen a las Hijas de la Caridad, conserva su identidad cristiana en este siglo XXI.