El 13 de abril se celebra la festividad de San Hermenegildo, mártir. 

San Hermenegildo nació en Medina del Campo, Valladolid (España), alrededor del año 564. Fue un príncipe visigodo que, habiendo crecido bajo la influencia del arrianismo, rompió lazos con este y se convirtió al catolicismo. Murió martirizado por mantenerse fiel a la Iglesia Católica, al negarse a recibir la Comunión de manos de un obispo arrianista.

San Hermenegildo, criado en el arrianismo, contrajo matrimonio en el 576 con una princesa católica de origen franco, llamada Ingunda. Ella fue precisamente quien influiría en su conversión y acogida de la verdad católica.

Por otro lado, su padre contrajo segundas nupcias con Goswintha, viuda del rey Atanagildo, quien además era abuela de Ingunda y una fervorosa arriana anticatólica. Goswintha había intentado apartar a Ingunda del catolicismo. Ante la negativa de la joven y para zanjar el entredicho, en el año 579 el rey Leovigildo envió a Hermenegildo a la ciudad de Bética (hoy Córdoba, Andalucía) como gobernador.

Sin embargo, ante el insostenible fanatismo religioso de su madrastra y la severidad con que su padre trataba a los católicos en España, San Hermenegildo se vio obligado a tomar las armas para proteger a sus hermanos cristianos. Es decir, decidió alzarse en armas contra su padre, con el apoyo de Bética y Mérida, y se proclamó a sí mismo rey. Además, para verse fortalecido políticamente, hizo alianza con los bizantinos.

Tras cinco años de guerra civil, Hermenegildo fue derrotado y capturado en Sevilla por su padre. Después fue desterrado a Tarragona, donde finalmente sería ejecutado de un mazazo en la cabeza, en la Pascua del año 585, luego de haberse negado a recibir la Comunión de manos de un obispo hereje.