El 18 de enero se celebra la festividad de Santa Prisca, fundadora de la iglesia homónima sobre el aventino. 

Según antigua tradición habría sido bautizada por San Pedro y, como dice su nombre romano, habría sido la “primera” mujer en el Occidente a testimoniar con el martirio su fe en Cristo. Habría sido decapitada hacia la mitad del siglo I.

Prisca era una niña de 13 años –para la ley romana, una adulta ya- que fue detenida entre un numeroso grupo de cristianos durante la persecución del emperador Claudio II (año 269). El emperador, al verla de tan corta edad, creyó fácil vencerla y la llevó al templo de Apolo para que le quemara incienso en ofrenda. Pero a pesar de las innumerables torturas que padeció no accedió a adorar a otros dioses.