El 2 de abril se celebra la festividad de San Francisco de Paola, eremita, fundador de la Orden de los Mínimos. 

Nació en Paula, hoy provincia de Cosenza, Italia, el 27 de marzo de 1416. De niño sufrió una grave infección en un ojo, sus padres lo encomendaron a la intercesión de San Francisco de Asís: en caso de curación vestiría el hábito franciscano por un año. Perfectamente curado, para cumplir el voto ingresó a los 15 años en el convento de San Marcos Argentano (Cosenza), donde pronto manifestó su propensión a la oración y firme piedad. Al concluir su estancia en el convento, emprendió con sus padres una peregrinación, buscando una vida religiosa adecuada para él. Fue a Asís, Montecassino, Roma, Loreto y Monte Luco. En Roma, turbado por el lujo de la corte papal comentó: “Nuestro Señor no iba de esa manera”. Era el primer indicio de su alma reformadora.

Volvió a Paula, comenzó un periodo de vida como ermitaño, en un lugar áspero en la propiedad de su familia. Otros se asociaron poco a poco a esta experiencia y, cada vez más numerosos, reconocieron su guía espiritual. Con los suyos construyó una capilla y tres dormitorios. En 1452 obtuvo la aprobación diocesana y la facultad de instituir un oratorio, un monasterio y una iglesia. Los mismos nobles de Paula, entusiasmados por la experiencia de Francisco, contribuyeron como simples obreros en la construcción de los edificios.

La fama de santidad de Francisco se difundió rápidamente: en 1467, el papa Pablo II envió a Paula a un emisario para tener noticias sobre el eremita. Después de haber presentado su informe positivo sobre el monasterio, el mismo legado pontificio decidió sumarse a la comunidad.
El 17 de mayo de 1474, el papa Sixto IV reconoció oficialmente la nueva orden con la denominación: Congregación eremítica paulana de S. Francisco de Asís. El reconocimiento de la regla con el nombre actual llegó más tarde con el papa Alejandro VI.

Francisco se apagó en Tours el 2 de abril de 1507. Su fama se difundió pronto en Europa, a través de las tres ramas de la familia Mínima (frailes, monjas y terciarios). Fue canonizado el 1° mayo de 1519, solamente doce años después de su muerte, durante el pontificado del papa León X, al cual había predicho su elección pontificia cuando era niño.