Fecha de publicación: 31 de marzo de 2021

El tiempo de pandemia ha obligado, por segundo año consecutivo, a que las hermandades y cofradías no puedan salir a las calles de la ciudad con sus Sagradas Imágenes para la estación de penitencia que realizan en la Catedral.

La pandemia ha obligado también a adaptarse a las actuales circunstancias y a un modo distinto de vivir la fe, de forma más discreta y serena, con la ocasión de vivirla profundizando en el Misterio Pascual que celebramos estos días.

ACOMPAÑAR Y VISITAR
Nuestro arzobispo D. Javier Martínez o algún representante del Arzobispado en su nombre visitan y acompañan estos días a cada una de las 33 hermandades y cofradías de Granada en el día en que hubieran salido a las calles de la ciudad para hacer su estación de penitencia en la Catedral.

Además de D. Javier, acuden a sus sedes de hermandades el Vicario General, D. Francisco Javier Espigares, el Vicario de la zona territorial I (ciudad de Granada), D. Francisco Tejerizo, o su Consiliario de hermandades, D. José Gabriel Martín Rodríguez, que recorren dichas sedes estos días, para acompañarles en el rezo conjunto ante sus Titulares.

DOMINGO DE RAMOS
La primera de estas hermandades con las que inauguramos la Semana que nos prepara al Triduo Pascual es la Cofradía de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz. Hasta su sede, en la iglesia de San Andrés, en calle Elvira, acudía el pasado domingo de ramos nuestro arzobispo, donde rezó junto a una representación de la Cofradía y de la Real Federación.

Ante la ausencia de procesiones de nuevo este año a causa de la pandemia, D. Javier recordaba que eso no hará que vivamos esta Semana Santa “de una manera más superficial”. Lo que celebramos con la entrada de Jesús en Jerusalén “como comienzo de la Semana Santa, de alguna manera es lo que celebramos en la Semana Santa: que la vida humana tiene un sentido, un destino, un horizonte, una meta, que es la vida eterna”.

En la oración junto a los hermanos cofrades, nuestro arzobispo invitaba a confiar a Dios nuestras vidas. Se oró especialmente por los enfermos y quienes han fallecido en este tiempo “de una manera a veces tan solitaria, tan inhumana, tan abandonada de las caricias y los besos de sus propios familiares”.

También ante Nuestra Señora de la Paz, se rezó una Salve, pidiendo la paz, que “empieza en cada familia, en cada barrio, en cada parroquia, en cada hermandad”. “La paz es algo que nuestro corazón tiene que desear y ama”, concluyó.

Nuestro arzobispo ha visitado, entre otras hermandades y cofradías, la de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Encarnación, en la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral, y la de Nuestro Padre Jesús del Rescate, en la parroquia de Santa María Magdalena.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada