Nuestro Padre Jesús del Gran Poder; Tú dijiste: “Los jefes de las naciones las dominan y los grandes los oprimen, no sea así entre vosotros; el que quiera ser el primero que se haga el último y el que quiera ser grande que se haga el servidor de todos”. Y también, Señor, dijiste de ti mismo: “Igual que el Hijo del hombre, no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos”.

Este es tu poder: el servicio del amor que se entrega, que se olvida de sí. Este es tu trono, la cruz. Esta es tu corona, la de espinas. Este será tu tálamo, la losa del sepulcro. Por eso se cumplirán tus palabras: Por eso Dios te levantó sobre todo y te concedió un nombre sobre todo nombre; por eso eres Señor del gran poder para gloria de Dios Padre.

Señora nuestra de la Esperanza, enséñanos a seguir a tu Hijo obediente hasta la muerte para que alcancemos juntamente con Él la gloria de su resurrección.

Padre Nuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

Francisco Javier Espigares
Vicario General

27 de marzo de 2018
Plaza de las Pasiegas, Martes Santo