La visita que realizó este pequeño grupo de salesianos el pasado 4 de mayo comenzó por San Gil y Santa Ana, en donde les recibió su párroco, D. Manuel Gálvez. Este compartió con ellos la vida que rodea a su templo, lleno de una feligresía en la que abundan los turistas atraídos por su valor artístico o las personas que se acercan por tradición familiar.
Los salesianos se congratularon de la cercanía del sacerdote, de su experiencia pastoral compartida con ellos y de su entrega al anuncio del Evangelio.
ENCUENTRO CON LAS CARMELITAS DESCALZAS
Después pasaron por el convento de San José de las Madres Carmelitas Descalzas, en donde tuvieron otro momento de encuentro fraternal con las hermanas en el locutorio. Allí pudieron compartir, de la mano de Gloria Lázaro o Andrés Galán, la misión, el compromiso y la experiencia del carisma salesiano.
La madre Aurora, como Madre Superiora de las Hermanas Carmelitas, expresó su gratitud hacia los salesianos por ser “un regalo de Dios para la Iglesia, una experiencia del Espíritu para ser vivida, profundizada y desarrollada por la persona, con el compromiso de ser transmitido a los demás”.
El vocal de la Pastoral Juvenil y hermano salesiano, Diego Quesada, refirió el ambiente de “paz y alegría” que se produjo durante este encuentro, y definió a las Hermanas Carmelitas Descalzas de San José como unas mujeres “con los pies en la tierra y los ojos puesto en la misericordia de Dios”.
Antes de despedirse de este pequeño encuentro intraeclesial, ambos grupos se cantaron juntos himnos de Maria Auxiliadora y a Don Bosco, y las Hermanas Carmelitas pudieron compartir con los salesianos cooperadores dos preciadas reliquias, dos bastones que pertenecieron, uno a Santa Teresa y otro a San Juan de la Cruz.
Los salesianos cooperadores concluyeron su visita comiendo junto a las Comendadoras de Santiago, que los acogieron con hospitalidad en un ambiente festivo y fraterno.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada