Fecha de publicación: 8 de octubre de 2022

Las Actas hablan este día de una santa niña, de Palestina, martirizada durante la persecución de Decio, afirman que “la joven tenía doce años y era de carácter muy vivaz. Acusada de ser cristiana, compareció ante el prefecto de la ciudad, el cual, movido por su belleza, trató de ganársela con palabras amables. Pero Reparada se defendió valientemente y fue sometida a diversos tormentos. Como nada lograse vencer su constancia, el prefecto mandó que la arrojasen a un horno ardiente; pero, como en el caso de los tres santos niños de Judá, las llamas no hicieron ningún daño a Reparada, quien cantó en medio de ellas las alabanzas al Creador. Entonces, el prefecto intentó nuevamente persuadirla de que adorase a los ídolos, pero Reparada rebatió todos sus argumentos, desde el interior del horno. Enfurecido, el prefecto gritó a los guardias: “Cortad la cabeza a esa insoportable charlatana para que no vuelva yo a verla”. Reparada cantó las alabanzas al Creador cuando marchaba al sitio de la ejecución. Los guardias vieron volar su alma al cielo cuando el verdugo le cortó la cabeza.”

Como se ve, las Actas recurren muchas veces a moldes habituales para narrar la vida de la santa; bajo esas historias convencionales (y a veces estrafalarias) suele esconderse el auténtico recuerdo de mujeres, hombres y -como en este caso- niños, que de manera muy real entregaron toda su vida por Cristo.

En el caso de santa Reparada su culto puede rastrearse hacia el siglo IX, en un santoral denominado “Martirologio de Beda”, que recoge distintas versiones de la historia, referida siempre a una santa que habría vivido hacia el 250. Su culto está muy extendido en Italia, especialmente en la zonas de Florencia, Atri, Nápoles y Chieti; en el arte florentino se le han dedicado algunas representaciones.