Potenciana vivía en el margen derecho del río Guadalquivir, en las afueras de Villanueva, cerca de un batán, que hoy en día aún desafía las furiosas crecidas invernales. Este batán afieltraba fibras textiles mediante golpes o percusión, apareciendo como una arquitectura de sillares toscamente labrados de arenisca, unidos por una argamasa o calicanto y con cerramiento casi plano.

En su base destacaron, en su día, tres canales paralelos al sentido de la corriente, a nivel del propio río, con el objeto de aprovechar la fuerza del agua para mover un mecanismo que la llevaba a unos enormes mazos que golpeaban la lana. Potenciana, patrona de Villanueva de la Reina, la ubican en el año 1200 de la era de Cristo, en plena época mozárabe. Tuvo como oficio el de tejedora e hizo vida eremítica. Su martirio consistió en emparedamiento.

El pueblo de Villanueva y la comarca de Andújar la consideraban Santa, visitando el sepulcro situado en la ribera septentrional del río Guadalquivir para pedir su intercesión en las enfermedades y otras necesidades.

Tal vez el acontecimiento más importante en la historia de Villanueva de la Reina haya sido abrir el sepulcro. Este hecho tuvo lugar en el año 1628 y fue ordenado por el Cardenal D. Baltasar de Moscoso y Sandoval, quien también mandó que se hiciese un proceso sobre los milagros llevado a cabo por el cura párroco de Villanueva D. Juan Acuña del Adarve. Dicho proceso culminaría en 1638 cuando fue elevada a los altares por Urbano VIII.