Fecha de publicación: 15 de abril de 2021

Engracia creció en un tiempo en el que el cristianismo estaba proliferando sin duda por Europa, y más concretamente en la península ibérica. Ella había nacido en Braga y era al parecer una bella joven noble que había sido mandada para casarse con un joven del Rosellón.

Iba con su séquito e hizo alto en la ciudad de Zaragoza. Habían comenzado atrozmente allí varias persecuciones contra los cristianos. Ella había sabido de la ejecución de tres sacerdotes por los tribunales romanos y la joven se presentó con su autoridad a protestar por su actuación.

Parece que la belleza de Engracia despertó el deseo del gobernador de la ciudad, Daciano. Ella no quiso ceder a los requerimientos del gobernador, ni renunció a su fe cristiana. Aquello terminó despertando la cólera de Daciano, decidiendo para ella un martirio cruento. Su séquito también murió degollado a las afueras de la ciudad. La sangre de su martirio fue semilla de fe de los nuevos cristianos.