Fue declarada fiesta por primera vez por el Papa Gelasio I a finales del s. V, en honor a un mártir ejecutado bajo el reinado del emperador Claudio II, en el año 270 de nuestra era.
El martirologio romano presenta la vida de varios mártires cuya historia es similar: un presbítero u obispo que, siendo encarcelado durante la persecución cristiana, realizaba curaciones milagrosas y que terminó siendo decapitado en la vía flaminia.
Fueron los monjes benedictinos que, en la Edad Media, prodigaron el culto a San Valentín en los monasterios de Francia e Inglaterra, asociándolo como patrono de los novios al decirse que ese santo había casado a muchas parejas durante la persecución contra los cristianos.