Fecha de publicación: 29 de enero de 2021

Nación en Castelnuovo, hijo de una familia campesina. El ejemplo de gran educador lo tomó de su madre, que se ocupó de él al morir su padre cuando apenas tenía dos años y medio.

La familia del pequeño Bosco no tenía dinero para estudiar. Tuvo que pedir limosnas entre los vecinos para poder asistir al colegio. Nunca supo lo que fue comprar libros nuevos o estrenar vestidos. Con 9 años de dice que tiene sueños proféticos. Se le aparece Nuestro Señor junto con la Virgen María y le presentan un montón de fieras que luego se convierten en corderos. Luego le muestra una multitud de jóvenes y le dicen: “Este será tu oficio: cambiar jóvenes tan difíciles como fieras, en buenos cristianos tan dóciles como corderitos”.

Eso fue lo que hizo en toda su vida, de la mano de sus tres grandes amores que son Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice. El entusiasmo de San Bosco por la juventud es más único que raro. Desde su infancia ejerce una influencia muy notoria entre sus compañeros. Durante los 47 años de su sacerdocio parece que no vive sino para la juventud. Se gana de tal manera el cariño de los jóvenes, que es difícil encontrar en toda la historia de la humanidad, después de Jesús, un educador que haya sido tan amado como Don Bosco.

Este fundador de la familia salesiana, que sigue dando testimonio de alegría y de dedicación por la educación de los jóvenes, murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado el 1 de abril de 1934 por Pío XI.