Fecha de publicación: 3 de febrero de 2021

Nacido en la ciudad de Alejandría, dejó sus riquezas familiares para irse a una montaña cerca de la ciudad de Pelusio. Empezó a ejercer la profesión religiosa en el monasterio de Licnos, en donde se cree que ejerció finalmente como abad.

La correspondencia que nos habla de él asegura que era austero y penitente. Recomendaba el hábito de cuero para los monjes y que su alimentación fuese ligera, con hierbas, principalmente. Su carácter le hacía enfrentarse a varios clérigos que él aseguraba que eran indignos de desempeñar su vocación sacerdotal, apartando a muchos laicos de la comunión eucarística con su mal ejemplo.

Le fascinaba la vida y obra de San Juan Crisóstomo. Participó en el Concilio de Éfeso indirectamente, insistiéndole a San Cirilo que pusiera fin a su disputa con Juan de Antioquía, sin permitir que las ofensas personales pudiesen causar una ruptura mayor en la Iglesia. También en Egipto, se opuso a la herejía de Eutiques, que afirmaba una sola naturaleza en Jesucristo. Murió con un gran monje a finales del s. V.