Fecha de publicación: 1 de junio de 2022

– Hch 20, 28-38
– Sal 67
– Jn 17, 11b-19

«¿Dónde está?», y había muchos comentarios acerca de él entre las turbas. Unos decían: «Es bueno»; otros decían: «No, sino que engaña a la gente». Pero nadie hablaba de él en público por miedo a los judíos.

A mitad de la fiesta, subió Jesús al templo y se puso a enseñar. Los judíos preguntaban extrañados: «¿Cómo es este tan instruido si no ha estudiado?». Jesús entonces les contestó: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado; el que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios podrá apreciar si mi doctrina viene de Dios o si hablo en mi nombre. Quien habla en su propio nombre busca su propia gloria; en cambio, el que busca la gloria del que lo ha enviado, ese es veraz y en él no hay injusticia. ¿Acaso no os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué queréis matarme?».