La paternidad es la seña distintiva de este Año Jubilar josefino. En la víspera de la solemnidad de San José, un grupo de laicos y un consagrado compartieron su experiencia de paternidad a la luz de la encíclica del Papa Francisco. Todos hablaron de su vida con la mirada puesta en este padre trabajador, padre amado, padre en la ternura, en la obediencia, en la acogida y en la valentía creativa.

“Tengamos en cuenta que el amor de Padre es la primera conquista que experimenta un niño”, dijo César Sánchez, delegado de la Pastoral Familiar de Granada, que presentó el acto junto a su mujer, Soledad Serrano. “Cuando uno ha experimentado la ternura de un padre, es capaz de asumir sus propias carencias. Asumir los miedos, las debilidades y aprendemos a ceder el timón de nuestra barca”.

LA PATERNIDAD ES SER CUSTODIOS DE UN DON

“La fe nos hace trascender la paternidad”, comenzó diciendo David Ortiz, casado, profesor de Economía en la UGR. “Los padres no nacen, los padres se hacen. Dios nos hace responsables, ser custodios. San José siempre supo que el niño no era suyo, sino que simplemente fue entregado a su cuidado. Creo que esa es la parte que nos aporta la fe. La idea de que nosotros somos custodios en ese desarrollo que nuestros hijos van a tener en la vida, no solo para acompañarlos humanamente, sino para acompañarlos también en el crecimiento de la fe, de tener un trato con el Señor”.

“Nadie es huérfano porque Dios nos ha hecho así. Estamos hechos a su imagen y semejanza y somos amados desde el origen”, dijo después la Secretaria de la Pastoral Familiar, Ruth Castellano. Dentro de su deseo de ser madre, habló de las figuras paternas de su vida, incluida la de su esposo. Todos ellos, un reflejo de la bondad de Dios. “Sé que me es imposible caminar en esta vida sin una figura de padre, sin una figura de esposo. Me conozco totalmente en soledad e, igual que digo de un padre biológico y de un esposo, sé que mi vida no tendrías sentido sin Dios, sin Dios como padre. Solo Dios es tu padre”.

SER HIJOS, ANTES QUE PADRES

Para poder ser padre, antes es necesario haber sido hijos. Lo reafirmo así el sacerdote D. Emilio Pérez, que no dudó en compartir su primera experiencia de encuentro con la paternidad de Dios a través de su padre biológico cuando tenía 6 años.

“Cuando muere mi bisabuelo yo me pongo a llorar desconsolado. Me preguntan y les digo que lloro porque ha muerto el bisabuelo. Entonces mi padre, en una noche estrellada preciosa, mi padre en la terraza me dice: ‘Hijo, mira el Cielo. ¿Te gustan las estrellas? ¿Te gusta la luna? Me empieza a ayudar a mirar lo que tenía delante y a decirme si me gustaba. Me dijo: “hijo, hoy el abuelo está contemplando cara a cara el misterio de Dios, que hace todas estas cosas para nuestro bien, que hace todas estas cosas para que nosotros podamos reconocer su amor”.

Lo importante es caer en la cuenta de la conciencia de que somos hijos y que la paternidad de Dios se sigue llevando a cabo en la vida de la Iglesia de forma misteriosa. “Por eso yo me reconozco hijo a la hora de vivir y de afrontar las circunstancias. Eso se convierte en paternidad porque la gente puede reconocer en mi esta vida que yo recibo permanentemente”.

UNA PATERNIDAD DE 360º

La charla concluyó con la intervención de Vittorio Sgaravatti, padre de seis hijos y director de Marketing Grupo Lactalis.

“Esta paternidad va mucho más allá de la paternidad biológica. Nosotros somos padres de la gente que encontramos. Cuando yo pienso en mis compañeros de trabajo, en mis amigos y por supuesto en mi familia. El ejercicio de la paternidad es a 360º”, opinaba Sgaravatti. “Quizás es verdad que hay pocos padres hoy en día, pero lo bueno es que cuando encuentras uno, te das cuenta de la diferencia”.

Hablando de su paternidad con sus hijos, habló de la importancia de vivir la fe como una certeza positiva que le permite afrontar las dificultades con sus hijos. ellos. “Cada dos por tres con los niños que se pelean, que tienen problemas… Para mí, enfrentarme a esta realidad es lo mismo que le pasaba a José confiando y obedeciendo a cuando Dios le decía: ‘coge tu familia y ve a Egipto’ ¿A mí cómo me habla? Pues a través de las circunstancias de la vida y ahí es donde tengo que confiar y obedecer, e intentar tener un poco de valentía creativa”.

Puede visualizarse la conferencia desde el siguiente enlace

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación
Arzobispado de Granada