Con el lema “Testigo de la esperanza”, aquel viaje se convirtió en un auténtico soplo de esperanza y de fe, que quedó materializado en encuentros fervorosos y significativos por toda España, también en las dos ciudades andaluzas que visitó.

En Sevilla, San Juan Pablo II beatificó a sor Ángela de la Cruz, fundadora de las Hermanas de la Cruz, ante más de un millón de personas, el 5 de noviembre. En la homilía, alabó la entrega de Sor Ángela y sus hermanas a los más pobres entre los pobres, defendió la necesidad de solucionar los problemas del sector agrario –“la cenicienta del desarrollo económico” dijo el Papa, como ocurre también ahora- y animó a respetar y cultivar la religiosidad popular, “como una forma de compromiso cristiano con las exigencias fundamentales del mensaje evangélico”.

Por la tarde, ese mismo día 5 de noviembre, en Granada, el Papa convocó a más de medio millón de personas en una Celebración de la Palabra en Almanjáyar. Habló de la educación en la fe y de la urgencia y necesidad de anunciar el Evangelio, una tarea, recordó el Papa, que es de todos, no solo de los ministros sagrados y de los religiosos, sino también de los catequistas, de los padres y de toda la Iglesia. Y defendió la importancia de la educación religiosa en la escuela, como un “derecho primordial de los padres, primeros responsables de la educación de sus hijos”.

En Sevilla y en Granada el Papa pudo sentir el cariño y la acogida de los andaluces y rezó ante las Patronas de ambas ciudades, la Virgen de los Reyes y la Virgen de las Angustias, respectivamente.

Cuando se cumple el cuarenta aniversario de aquella visita histórica, los Obispos de las diócesis de Andalucía queremos recordar el paso de San Juan Pablo II por nuestra tierra, sus mensajes de esperanza y el estímulo que supuso para la fe de tantos cristianos aquella visita. San Juan Pablo II llegó como maestro y como testigo, para confirmarnos en la fe y alentarnos en una nueva evangelización, tan necesaria entonces como lo es hoy para el mundo.

Al mismo tiempo, agradecemos al Señor el don que ha supuesto para la Iglesia el pontificado de San Juan Pablo II y su extenso y profundo magisterio. Y, reiteramos nuestra adhesión a su sucesor en la sede de Pedro, el Papa Francisco, testigo hoy de una esperanza que, como entonces, la Iglesia y nuestro mundo tanto necesitan.

Granada, a 4 de noviembre de 2022

+ Francisco Javier Martínez Fernández, Arzobispo de Granada
+ José María Gil Tamayo, Arzobispo coadjutor de Granada
+ José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla
+ Antonio Gómez Cantero, Obispo de Almería
+ José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez
+ Rafael Zornoza Boy, Obispo de Cádiz y Ceuta
+ Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba
+ Francisco Jesús Orozco Mengíbar, Obispo de Guadix
+ Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva
+ Sebastián Chico Martínez, Obispo de Jaén
+ Jesús Catalá Ibáñez, Obispo de Málaga