El Papa Francisco anima al pueblo de Dios a ser “Iglesia en salida”, es decir, misionera. Y una parte de la Iglesia que lo hace carne es la de los miles de misioneros españoles repartidos por todo el mundo para llevar el Evangelio y a Cristo a todas las personas. El 20 de octubre es el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), para concienciar de la ayuda a los misioneros, con la oración y la colaboración económica. D. Elías Alcalde, Delegado diocesano de Misiones en Granada, nos habla de nuestros misioneros granadinos, del DOMUND y de este Mes Misionero Extraordinario convocado por el Santo Padre para la Iglesia Universal, con motivo de centenario de la Carta Apostólica “Maximun Illud”, de Benedicto XV, sobre la propagación de la fe católica en el mundo.
Este año la celebración del DOMUND es un poco más “especial”. Y con un lema muy elocuente: “Bautizados y enviados”.
El lema no lo ha puesto la Iglesia española, que cada año pone un lema, sino que es el del mismo Papa. Es el lema de todo el año y de preparación: “Bautizados y enviados. La Iglesia de Cristo en misión por el mundo”. Siempre se ha dicho, desde 1919 -va a hacer cien años de la Carta Apostólica del Papa Benedicto XV sobre las misiones, que abrió la misión de la Iglesia en el siglo XX a todo el mundo; por eso, se ha llamado el “siglo de las misiones” -, que toda la Iglesia es misionera. El acierto del Papa Francisco es decir que todo bautizado por el mero hecho de estar incorporado a Cristo por la fe y el bautismo ya es misionero. Lo especial es el lema: “Bautizados y enviados”. Por el mero hecho de ser discípulos de Cristo hemos de ser apóstoles de Cristo, donde quiera que nos encontremos. La Iglesia española ha puesto en el cartel del DOMUND el mismo lema del Papa. Su mensaje explica qué significa la condición de bautizado y por qué, por ser de Cristo, hemos de anunciar a Cristo con las obras por delante y también con las palabras del Evangelio.
Granada es tierra de misión y también cuenta con muchos misioneros en otras partes del mundo.
Cuando llegué a la Delegación había casi 300. Nos faltan cien, porque en 19 años muchos han vuelto, algunos muy mayores y a muchos el Señor los ha llamado a su encuentro. Fue la gran floración de vocaciones en la posguerra, por eso muchos son ya muy mayores. Ahora mismo tenemos misioneros en todos los continentes: en Australia, en Filipinas, en Kazajistán, en China, en India, en África en muchos países, en toda América desde Estados Unidos hasta la ‘tierra del fuego’ (en Argentina). Hay menos, pero siguen estando, y aunque sean mayores siguen dando la vida por la causa de Jesús y de su Evangelio.
Háblenos de alguno de nuestros misioneros granadinos.
La revista “Granada Misionera”, que editamos cada tres meses, hemos destacado a cinco jesuitas, que llevan toda la vida en Japón. Recuerdo ahora especialmente a uno de Soportújar, Plácido Ibáñez; y otro que tiene 85 años, y Antonio García, de Gabia, que tiene 94. Llevan toda la vida en Japón de misioneros. Es una gracia de Dios. Dice el Papa que recordemos a los santos misioneros, a los testigos de la fe, y lo demos a conocer al pueblo cristiano. También siete mujeres granadinas, Misioneras de Cristo Jesús, que han estado en América, en Congo, en India, en China. Recuerdo especialmente a una mujer de Peligros, Rosario, que ha estado toda la vida en India y ahora está en China. Tiene más de 80 años. Estos ejemplos son, para todos, un estímulo para sentirnos donde estemos en misión permanente. Aquí en Granada, ya hay gente de todas las naciones, hay muchos que nunca tuvieron fe y hemos de acercársela, y gente que la tuvo y la perdieron y hay que ofrecérsela otra vez; y los que la tienen, cuidársela. Estando aquí en Granada hemos de estar siempre preocupados, atentos y solidarios con los que están fuera de Granada en misión por el mundo entero.
Cómo podemos ayudar a los misioneros.
El DOMUND es para recordarnos eso. En España hay casi 11.000 en todo el mundo y de Granada casi 200. Orar por ellos y ayudarles económicamente a mantener su pastoral, su trabajo apostólico, ayudar a los pobres, sus orfelinatos, sus guarderías, sus leproserías, su escuela de catequistas. La limosna del DOMUND no es una limosna de cualquier manera. Es esencial. Ayudar con la oración y el afecto, y también con el fruto de nuestro trabajo honrado. Nos privamos de algo superfluo, incluso necesario, para colaborar desde nuestra fe. El Papa llama a la limosna del DOMUND “la caridad universal”.
Las vocaciones son también muy importantes…
Lo material es imprescindible, pero totalmente insuficiente. Es importante que haya más vocaciones misioneras; que haya más oración por ellos y más solidaridad afectiva y efectiva por sus vidas. Son testigos privilegiados de la fe. Salieron de su tierra a otras tierras, con lo que supone de cambio cultural, hablar otros idiomas y encontrarse en otras situaciones a veces muy complejas y muy arriesgadas. Tienen su vida en peligro. Yo he hablado con misioneros que han estado en riesgo de muerte, y otros que han perdido la vida, en el Congo, por ejemplo, los hermanos maristas en 1996. Esto significa que la misión no es nada de héroes, ni de ilusión; es el realismo del Evangelio en un mundo lleno de tensiones por el egoísmo y la injusticia. En esa realidad de la vida, yo quiero ofrecer el amor de Jesús, el amor gratuito, Su misericordia, Su perdón y la capacidad de vivir de otra manera. Su vida es una vida en riesgo permanente a causa de la fe y testimonio del amor de Cristo.
Pero, la misión es todo el año y la invitación de este DOMUND y este Mes Extraordinario es que no nos olvidemos de ellos el resto del año, ¿no es así?
Claro. Un mes extraordinario quiere decir que los otros 11 meses ordinarios -decía san Juan Pablo II- cada día hemos de estar transmitiendo la fe que vivimos, cada uno según su carisma y estado de vida. Pero no podemos ser indiferentes nunca a la misión. Como dice el Papa Francisco, no somos “discípulos y misioneros”; somos “discípulos misioneros” sin la “y”.
Paqui Pallarés
Directora de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada