¡Esta archidiócesis de Granada se siente conmovida esta tarde con vuestra presencia! Recuerdo aquel texto de san Marcos, cuando los apóstoles Len a Jesús: “Maestro, mira cómo todos te buscan”. Bastaría el recorrido que acabamos de hacer por la ciudad para ver confirmada, aquí y ahora, la verdad del Evangelio, ¡Maestro de esta Iglesia de 1982!, mira cómo todo el mundo te busca: pobres y ricos, autoridades y pueblos. Te buscan los niños, los enfermos, los sacerdotes. Todo el mundo te busca. Lo hacen, Santo Padre, porque los hijos de esta archidiócesis tienen muy metidos en el alma tres grandes amores: el amor a la Eucaristía, a la Virgen y al Papa. Quisiera recordar aquella mañana deliciosa para nosotros, cuando recibíais en el Vaticano, a los obispos de Andalucía Oriental junto con Cartagena-Murcia. De manera sencilla y entrañable buscabais en el mapa el lugar de Granada, Almería, Málaga, Murcia, Jaén, Guadix, Aquí tenéis viva esa archidiócesis de Granada. Aquí están sus hijos. Recuerdo que, cuando hablé con Vuestra Santidad, preguntabais por las devociones de esta tierra entrañable, Os decía cómo en Granada el título más querido de Nuestra Señora es la Virgen de las Angustias. Esta noche quiero nombrar a la que es Madre de estas Iglesias locales, amada apasionadamente por nuestro pueblo da Virgen del Mar con Almería, la Fuensanta en Cartagena Murcia la Cabeza en Jaén, la Victoria en Málaga, y Guadix-Baza que la veneran también con el título de las Angustias. Son piropos del pueblo andaluz a Nuestra Señora. Aquí tenéis, Santo Padre, esta Andalucía llena de sol y con cielo azul Aquí tenéis estas Iglesias que, sin duda, lleváis en el corazón. Nacieron con la sangre de los Varones Apostólicos. Todas tienen un signo martirial. Aquí tenéis una Iglesia que fue gloriosa en Trento, con su arzobispo Guerrero. Aquí resonó muchas veces la voz ardiente de Juan de Ávila. Granada fue también amor de predilección para Juan de la Cruz. Aquí esta, Santo Padre, esta Andalucía oriental que os recibe con el corazón abierto ¡Bienvenido a Granada!

Quiero poner delante de tus ojos y de tu corazón esta comunidad de sacerdotes, religiosos y seglares. Si supierais, Santo Padre, la ilusión que hay en cada metro de esta moqueta… Si supierais cuanta ilusión han puesto en construir esta tribuna, desde donde Vuestra Santidad les pueda contemplar y bendecir.

“Que bendigas a los pobres”

Venís a Granada después de un recorrido misionero, ¡qué misión tan hermosa la vuestra! Desde aquellas tierras de Castilla a éstas de Andalucía, una senda de luz ha predispuesto el corazón de este pueblo para recibiros con el mayor amor. A vosotros, hijos de esta tierra, autoridades y pueblo, no tengo que presentaros a quien tenéis delante: al Vicario de Cristo, al Sucesor de Pedro, al dulce Cristo en la tierra.

Nos llega esta tarde toda la fragancia del lago de Tiberíades y la emoción de Cesarea, y nos parece oír: “Tu eres Pedro” Sentimos en el alma aquella bienaventuranza de Pedro que sin duda Vuestra Santidad tantas veces experimentará: ¡Dichoso, Simón… porque ni la carne ni la sangre han podido hacer este milagro! Sólo el Espíritu del Señor ha podido hacer la maravilla de Castilla, de la juventud del Bernabéu, de la mirada ilusionada de este pueblo andaluz. Suena, pues, aquí también junto con el “Tu eres Pedro”, la afirmación del Maestro: “Dichoso tú, Simón….” Y quisiera, Santo Padre, terminar pidiéndoos una bendición para esta gente entrañable. ¡Que bendigas a los pobres! Este altar está colocado en una zona de Granada, donde viven muchos pobres. Bendiga Vuestra Santidad en primer lugar a los desheredados de la fortuna, los pobres, los gitanos… Este pueblo sufre el dolor del paro y tiene sus tribulaciones. ¡Bendígalos de manera especial! Bendiga a esta comunidad sacerdotal, que no ocupa lugar preferente sino que está como fermento vivo en medio del pueblo. Bendiga a este grupo de gente sencilla y entrañable que han hecho posible la maravilla de esta visita.

Qué la Virgen Santísima con los títulos de las Angustias, del Mar, de la Fuensanta, de la Cabeza y de la Victoria acompañe sus pasos. ¡Bienvenido a Granada, Santo Padre!

+ Arzobispo Sr. D. José Méndez Asensio
5 de noviembre de 1982