A quien identifique esta cita -del pasaje de la visita de Jesús a la casa de Marta y María- puede resultarle extraño que lo traiga a colación de la participación del estand de la Pastoral Familiar de Granada en la Feria “Bel Moda” de este fin de semana. Obviamente no lo traigo por el estado “civil” en el que posiblemente se encontrasen aquellas dos hermanas -solteras-, máxime cuando el evento en el que participábamos estaba orientado fundamentalmente a futuros matrimonios.

Sin embargo, creo no errar si afirmo que, de todas las personas que estos días decidieron pasarse por la Feria de Muestras de Armilla (FERMASA) las que “escogieron la mejor parte” fueron aquellas que se detuvieron en algún momento ante la caseta de nuestra Pastoral Familiar.

Y no por la estética o belleza del montaje de la misma -que tampoco tenía que envidiar nada al resto, posiblemente montadas con más presupuesto y mucha más experiencia-, sino porque ninguna ofrecía lo que en ella se daba: la presencia del Amor de Dios en medio de las parejas que se aman.

Después de las casi 48 horas de desarrollo de la feria, como es lógico, se pueden contar decenas de anécdotas, situaciones, experiencias… pero lo que es común a todas ellas y que diferenció aquellos 3 metros cuadrado del resto es que no “se vendía nada”. Tan sólo se “regalaba” lo mejor que se puede regalar -en nuestro pobre conocimiento al menos- a dos enamorados: la posibilidad de que el AMOR con mayúsculas aquilate su historia, sostenga sus fragilidades y lleve a plenitud su “aventura” existencial.

Para mostrarlo así, han sido varios los recursos empleados. Muy acertados, originales y hasta simpáticos: tests de compatibilidad conyugal, candados “de Amor” para que unas contemplativas oren por las parejas, imanes para las neveras con “números de urgencias” para temas de “corazón”, y un largo etcétera. Aunque, por encima de todas ellas, el testimonio de parejas “curtidas” -aunque a buen seguro aún imperfectas todas ellas- ya en esto de intentar amarse con fidelidad, fe, esperanza y a la luz del Evangelio, así como de algunos sacerdotes, testigos cualificados de las virtudes y las miserias de muchos matrimonios.

En fin, una apuesta quizá “arriesgada” -como poco, novedosa- pero que, según el sentir de todos los participantes, ha salido de “11 sobre 10”. Que no está reñido con que en futuras ediciones se mejore aún más.
…Porque no cabe duda de que habrá futuras ocasiones.

Para que más parejas puedan seguir eligiendo “la mejor parte”.

Un participante en Belmoda