Fecha de publicación: 10 de noviembre de 2022

Fieles devotos de la madre María Emilia Riquelme acudieron el pasado 9 de noviembre a la Casa Madre. Varios de ellos habían ido preparándose con el rezo de una Novena a la beata, que comenzó el último día de octubre, y culminó en este aniversario que ha sido celebrado en comunión con todos los lugares del mundo donde se encuentran las Misioneras, como Colombia o Bolivia.

El vicario territorial, D. Francisco Tejerizo, presidió la Santa Misa concelebrada por los sacerdotes D. José Gabriel Martin y D. Francisco Nistal. Una Eucaristía que coincide con la fiesta de la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, a la que hizo referencia Tejerizo. “Esta fiesta resuena hoy de manera especial porque estamos viviendo este Año Jubilar donde este templo, esta iglesia, esta capilla, hace visible la casa de Dios, la morada de Dios, el edificio de Dios”, afirmó.

Recordando ese misterio de la Encarnación que nos lleva a ser piedras vivas de Dios, en palabras de San Pablo, el vicario lo trasladó la imagen del templo de la Iglesia a la figura de María Emilia y de sus hijas espirituales consagradas, que viven en comunidad, reunidas en torno a la Eucaristía y anunciando la Buena Nueva.

“Sois signo de algo que también está más allá, de cómo Dios cumple sus promesas. El signo de aquello que Jesús mismo nos ha dicho en el Evangelio que es vivir anticipando aquel momento en el que ya los hombres y las mujeres no tomarán mi marido ni esposa”, añadió Tejerizo. “Afortunadamente tenemos santos como la beata María Emilia, que presenta el signo de la plenitud del Reino de Dios, que aguardamos”.

AÑO JUBILAR

Desde el pasado 5 de agosto las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada celebran el 175 aniversario del nacimiento de la beata María Emilia.

La Santa Sede concedió la gracia de un Año Jubilar que se pudo obtener para quien peregrinó a la Casa Madre este 9 de noviembre. También podrán recibir esa indulgencia todos aquellos que se acerquen a la adoración al Santísimo los viernes por la tarde, así como a las celebraciones de la Casa Madre los domingos o días festivos.

“Creo que María Emilia, calladamente, está haciendo mucho bien a muchas personas. Con la beatificación ha sido cuando más se le ha conocido. La gente viene con frecuencia a hacer el Sendero de María Emilia”, explica la hermana María José desde la Casa Madre. “Está siendo un tiempo que vivimos con agradecimiento y exigencia. Ella misma decía que no quería ser santa sola”.

Además de la peregrinación, la gracias de la indulgencia se obtiene dentro de las condiciones ordinarias de confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social