Depositada allí tras la Santa Misa celebrada con el clero diocesano y presidida por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo.

La reliquia del sacerdote mártir beato granadino José Vigil Cabrero se encuentra en la parroquia de Santa Isabel La Real, en Huétor Tájar, desde el lunes 4 de noviembre. Allí fue depositada durante la Santa Misa celebrada por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, y concelebrada por el clero diocesano que participó en el retiro del clero esa misma mañana, con asistencia de los fieles y autoridades civiles y militares.

El retiro del clero diocesano de este mes se celebró con la mirada puesta en la Memoria de los mártires del siglo XX en España, que en la Iglesia española celebramos el 6 de noviembre, y que recuerda a los sacerdotes, laicos, seminaristas y religiosos que sufrieron martirio y fueron asesinados por odio a la fe en 1936 en España.

El beato granadino José Vigil Cabrerizo fue beatificado el año pasado en la catedral de Sevilla en la Causa de Manuel González-Serna Rodríguez y otros 19 compañeros sacerdotes, seminaristas y laicos, asesinados en esos años en España por odio a la fe.

José Vigil Cabrerizo nació en Huétor-Tájar el 11 de octubre de 1906, donde fue bautizado a los pocos días. En 1919, a punto de cumplir los 13 años, ingresó en el Seminario General y Pontificio de Sevilla. Fue ordenado de sacerdote el 20 de mayo de 1932 encargándosele la Capilla del Barrio de San Jerónimo de Sevilla.

Sus últimas palabras fueron: “Yo los perdono como Dios Nuestro Señor perdonó a sus enemigos”.

RETIRO DEL CLERO
Previamente a esta Eucaristía y colocación de la reliquia del beato, tuvo lugar una conferencia a cargo del Vicario de Pastoral y delegado para el Jubileo 2025 y para el Plan Pastoral Diocesano, D. José Carlos Isla, que, con el tema “El Jubileo de la esperanza”, ahondó en el tema propuesto por el Papa Francisco para vivir este jubileo: la esperanza cristiana.

Este retiro antecede a la Memoria de los mártires del siglo XX en España, que celebramos en la Iglesia el 6 de noviembre. El encuentro sacerdotal, presididos por el arzobispo, concluyó con un ágape fraterno.

 

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