El pasado sábado, día 21 de octubre, en el Convento de las Siervas del Evangelio, Mater Christi retomó los retiros espirituales mensuales con una notable asistencia en donde la evangelización de los laicos ocupó el tema central.
23/10/2023
Se inició con la oración de la Secuencia del Espíritu Santo y se introdujo la importancia del rezo del Santo Rosario, no solo por las gracias espirituales prometidas y concedidas por la Santísima Virgen, sino por la memoria tradicional de la Iglesia al Rosario en este mes de octubre.La ponencia trató de la evangelización impulsados por el decreto del Concilio Vaticano II sobre el apostolado de los laicos ‘Apostolicam Actuositatem’ y relanzado por las conclusiones del III Sínodo de los Obispos en 1974 en forma de la Exhortación Apostólica de San Pablo VI en ‘Evangelii Nuntiandi’. Se reflexionó, individual y colectivamente, acerca de la misión de evangelizar impregnada en nuestro propio bautismo.
La teoría carece de sentido sin la práctica, de ahí que el retiro estuviera enmarcado en las palabras de San Gregorio Magno, cuando afirmó: “Quien tiene la misión de decir cosas grandes, está igualmente obligado a practicarlas”. En este sentido, el testimonio de vida es el mayor acto evangelizador y el mayor ejemplo en el trabajo, familia y relaciones sociales. Este sería nuestro Domund interno, el del día a día, aunque se recordó que ya en vísperas de la Jornada Mundial de las Misiones, Domund, los cristianos estamos comprometidos con nuestros hermanos fuera de España para llevarles los bienes materiales imprescindibles para continuar con la evangelización y, por supuesto, la oración.
La formación personal del católico se subrayó como una necesidad de estar informado de lo que pasa en el mundo, más especialmente en la propia Iglesia. De hecho, se anima a involucrarse, según las posibilidades de cada uno, en la amplia variedad oferta formativa que nuestra Archidiócesis pone al servicio de todos los fieles.
Por último, emplazamos a la participación en el próximo retiro espiritual el día dieciocho de noviembre, no sin antes rezar el Santo Rosario y las Vísperas, culminando con la infinidad de gracias y bendiciones en la celebración de la Santa Eucaristía.