Coches sin conductor, robots en tu casa, drones que transportan paquetes por las calles… Todo esto ya es parte de nuestro mundo. Es el presente, no el futuro.
La Iglesia es consciente de ello y por eso el Papa Francisco quiere animarnos este mes a que tomemos consciencia de ello. Los límites de la inteligencia artificial y de la robótica son difíciles de imaginar. “¡Qué bonito sería si al crecimiento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiera también una equidad y una inclusión social cada vez mayores!”, dice Francisco en su encíclica Fratelli Tutti.
Este es el mensaje íntegro del Papa Francisco:
“La inteligencia artificial está en la raíz del cambio de época que estamos viviendo.
La robótica puede hacer posible un mundo mejor si va unida al bien común.
Porque si el progreso tecnológico aumenta las desigualdades, no es un progreso real.
Los futuros avances deben estar orientados al respeto de la dignidad de la persona y de la Creación.
Recemos para que el progreso de la robótica y de la inteligencia artificial esté siempre al servicio del ser humano… podemos decir ‘sea humano'».