Fecha de publicación: 14 de marzo de 2022

La familia ignaciana se congregó el sábado, día 12, en la Iglesia del Sagrado Corazón, ubicada en la Gran Vía, para celebrar el 400 aniversario de la canonización de San Francisco Javier, patrón de las misiones, y de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.

La Misa estuvo presidida por Mons. Martínez que acompañó a los sacerdotes jesuitas presentes en nuestra diócesis de Granada en ese momento tan especial en el que el templo acogió a decenas de miembros de la familia ignaciana así como miembros de comunidades religiosas, y otros fieles de la diócesis.

Esta celebración se sumó así a conmemoraciones que la familia ignaciana está viviendo dentro del Año jubilar que comenzó el 20 de mayo de 2021 y se prolongará hasta el próximo mes de julio.

LA COMPAÑÍA, HUELLA PROFUNDA EN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA

La celebración comenzó con la llegada de la procesión desde la entrada del templo al altar y con el agradecimiento de nuestro Arzobispo a la Compañía de Jesús por su misión en el seno de la Iglesia universal.

“La vida de los santos son parte de la historia de amor de Dios con su pueblo que no cesa nunca y que no se detiene nunca. La conversión de San Ignacio y el primer fruto, si queréis, desgranado de esa conversión, el primero es su propia vida y su obra, pero que podemos ver representada en la figura de San Francisco Javier”, destacó.

También Mons. Martínez tuvo palabras para resaltar la figura del fundador de la Compañía: “San Ignacio es probablemente uno de los mayores de todos ellos. Vivían justamente el comienzo de la modernidad y fueron capaces, fue San Ignacio capaz de dejar una huella que no se puede arrancar de nuestro catolicismo. Todos hemos sido educados por la Compañía de Jesús”.

Sobre los Ejercicios espirituales también D. Javier Martínez reconoció la huella espiritual dejada a través de estas meditaciones por San Ignacio de Loyola:” Los Ejercicios espirituales han pasado a ser parte de la vida cotidiana del pueblo de Dios en muchos sentidos. Han sufrido transformaciones, los ejercicios han quedado ahí. Son parte de la Iglesia. Ojalá tuviéramos más ejercicios ignacianos en el sentido más hondo y verdadero”.

AÑO JUBILAR IGNACIANO

San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier fueron declarados santos por el Papa Gregorio XV el 12 de marzo de 1622, junto a Santa Teresa de Jesús, San Felipe Neri y San Isidro Labrador. Por ello, en la celebración del sábado se pudo recibir la indulgencia plenaria con el rezo del Padre Nuestro y el Credo, la Confesión y Comunión, orando por las intenciones del Papa.

El año jubilar ignaciano comenzó el 20 de mayo del año pasado, fecha en la que tuvo lugar el inicio de la conversión de San Ignacio de Loyola en Pamplona, en 1521 y se prolongará hasta el próximo 31 de julio de 2022, día en que se celebra la festividad del santo navarro.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social