La ley de eutanasia es un fracaso que, en virtud de un “progreso” en la transformación de la medicina, se arroga el poder de quitar la vida. Incluso, quien pide la eutanasia, “lo que busca más es compañía y afecto y cariño, que es lo que falta en muchos casos”. Esto, unido a los cuidados paliativos, “serían una solución, infinitamente más humana que reconocer por ley la eutanasia, detrás de los cuales hay muchos motivos, también económicos de ahorrarse gastos médicos”. Una solución que no significa que la Iglesia sostenga o defienda el encarnizamiento terapéutico.

Así lo ha expresado en la Misa de hoy martes día 15 nuestro arzobispo D. Javier Martínez, que ha invitado a los fieles y personas de buena voluntad a sumarse a la convocatoria de la Conferencia Episcopal Española, mañana miércoles 16 de diciembre, de ayuno y oración ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de eutanasia.

“Como el Señor dijo en alguna ocasión que hay demonios que sólo se expulsan mediante la oración y el ayuno, vamos a pedirLe al Señor que nos defienda y que sepamos defender a nuestros seres queridos de ese retraso terrible en humanidad que supone el suicidio asistido o la eutanasia”, explicó D. Javier.

LA VIDA ES UN DON
En una Nota del pasado 11 de diciembre, los obispos españoles recuerdan que “la vida es un don y la eutanasia un fracaso”. Los obispos explican que esta jornada está convocada “para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”, al mismo tiempo que invitan “a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa”, por el don de la vida y su cuidado, frente a la legislación de la muerte asistida.

La ley de eutanasia se está regulando en España, “de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público”, recordaba la CEE.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

Leer Nota de la CEE ante la tramitación en el Congreso de los Diputados de la ley de eutanasia