Fecha de publicación: 13 de marzo de 2020

¿Qué son los sacramentos para San Agustín?

Para San Agustín los sacramentos no son una sola realidad, de hecho tiene un concepto muy amplio y rico. En general los sacramentos tienen que ver con la manera en la que Dios se comunica al hombre a través de signos. Son realidades visibles que trasmiten otra realidad que van más allá del signo, y que en definitiva es el misterio de Dios. Por eso para San Agustín sacramentos también son los símbolos, las figuras, las imágenes que aparecen en la Biblia porque nos transmiten la realidad de Dios. También las verdades de la fe, por ejemplo, el Credo, la Trinidad, la Encarnación, el misterio pascual.

Asimismo, la capacidad de transmitir la santificación al hombre que puede ser expresada con la categoría de vínculo, es decir,  una relación permanente y estable que crean con el Señor sobretodo en el Bautismo y en la Eucaristía. Ritos y celebraciones, símbolos de la Escritura o vínculos. Todo ello son sacramentos para San Agustín.

¿En qué consiste el encuentro nupcial con Cristo?

Está basado en la Encarnación. Dios ha querido unirse a cada hombre. Dios se une por medio de la Encarnación a cada hombre, y así asume como suya nuestra humanidad. La unión del hombre con Dios se realiza en la carne, esto es lo bonito de la esponsalidad. Estamos llamados a un encuentro con Dios a través de nuestra carne porque es el medio que Él ha elegido para comunicarse, por eso la carne es otro sacramento, porque nos habla de una realidad visible, la nuestra, en la que se hace presente Dios y nos encontramos con él.

¿Cómo se expresa la esponsalidad en los sacramentos de la iniciación cristiana?

En el Bautismo la Iglesia se hace en virgen, esposa y madre, porque da a luz nuevos hijos uniéndose con su esposo. En cada cristiano esta realidad se actualiza también porque se crea un vínculo nupcial con Cristo por nuestra pertenencia a la Iglesia esposa. Es una realidad que dura para siempre, es una vinculación para siempre, es algo para la eternidad.

En la Eucaristía este vínculo se amplía a un nivel eclesial porque es la Eucaristía el sacramento de la unidad de la Iglesia. Cristo y la Iglesia comparten la carne de la Eucaristía: llegan a ser “dos en una sola carne”. 

Para usted como sacerdote, ¿qué significa la Eucaristía?

Me gusta mucho la imagen que usa San Agustín con respecto a los sacerdotes, puesto que lo explica de forma muy original. Se dice que los sacerdotes estamos llamados a ser esposos (como Cristo) de la Iglesia, pero esto a San Agustín no le convencía demasiado. De hecho él dice que los sacerdotes somos más bien los amigos del esposo. Él se imagina que las bodas de la Iglesia se están realizando en la historia, están en curso: cada vez que hay un sacramento esa boda se actualiza, se hace presente y solo será plena al final de los tiempos. Entonces en este contexto para San Agustín la misión de los sacerdotes es hacer que esas bodas se realicen, es recordarles a los hombres la fidelidad a Dios. En la Eucaristía somos los amigos del esposo que facilitamos el encuentro nupcial de los fieles con el único Señor. 

Para mí la Eucaristía es hacer presente el amor más grande que es el amor que ha sido capaz de entregarse así mismo. Por eso es un amor sacrificial y a la vez esponsal. Esto sucede en cada Eucaristía que celebramos: es el don del amor más grande del esposo, el único que tenemos y que se ha dado completamente a sí mismo. 

¿Qué es lo que más admira de San Agustín después de sus años de estudio en la tesis doctoral?

San Agustín hablaba para gente de campo, muy sencilla, sobre todo en los sermones al pueblo. A mí me ayuda mucho su manera de explicar las Escrituras que es muy inteligente. Hay hábitos suyos, la forma de usar el lenguaje y de leer las Escrituras que uno va adquiriendo después de 6 años de tesis. 

Con respecto a la catequesis, por ejemplo, esta imagen nupcial ayuda a comprender que los sacramentos no son momentos aislados en la vida de una persona, sino que alimentan toda la espiritualidad, la vida de cada día en su relación personal con Cristo, el esposo. 

¿Podríamos decir que no hay relación esponsal sin la vivencia de los sacramentos?

Alguien bautizado que no alimente la vida sacramental con la Eucaristía, no tiene la oportunidad de que ese encuentro esponsal se produzca porque precisamente falta la carne. La Eucaristía es explícitamente la carne de Cristo. Si no hay sacramentos, todo se quedaría en una relación puramente espiritual al margen de la carne y de la Iglesia. Aquí destacar la importancia de la dimensión eclesial es importante. Un 

encuentro con el esposo nunca es algo personal ni individualista, siempre se produce en y a través de la Iglesia. La Eucaristía es por tanto el sacramento que amplía en sentido eclesial el vínculo nupcial que tenemos con Cristo con el Bautismo. No puede darse nunca el encuentro nupcial con Cristo sin los sacramentos de la Iglesia. 

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada