Fecha de publicación: 15 de abril de 2022

Con la mirada puesta en Ucrania y una invitación a ser “constructores de paz”, nuestro arzobispo D. Javier Martínez dirigía la oración de las cinco llagas ante el Cristo de piedra de los Favores, en el Campo del Príncipe, y en presencia de la Sagrada Imagen de Soledad de Nuestra Señora, que hasta allí llegó desde la Plaza de Santo Domingo.

En el Campo del Príncipe, volvió a congregarse el pueblo de Granada tras dos años de pandemia, para rezar al Cristo de los Favores. De modo especial, se ha rezado por la paz en Ucrania, que sufre la guerra de Rusia.

En una tarde muy soleada y primaveral, a las tres de la tarde los asistentes se arrodillaban ante el Cristo de piedra y se hacía el silencio, conmemorando la misma hora en que el Hijo de Dios expiraba su último aliento en la cruz, para perdón de nuestros pecados y salvación del mundo.

LA ESPERANZA DE UN AMOR VERDADERAMENTE HUMANO
En este contexto de “un año singular”, como lo llamó el arzobispo, con motivo de la inestabilidad en el mundo provocada por la guerra y tras dos años de pandemia, D. Javier invitó a los asistentes a rezar por la paz en el mundo y en Ucrania. “Ante la guerra, el mundo no será igual tras esta guerra, pero tu cruz y tu amor permanecen. Y de tu cruz y de tu amor depende la esperanza de un amor verdaderamente humano. Eso es lo que significa estar aquí”, explicó D. Javier, en la convocatoria que, de forma espontánea, todos los años se celebra en el Viernes Santo en el Campo del Príncipe, para rezar y hacer silencio en la hora de la muerte del Señor.

UCRANIA
En su oración de las cinco llagas, Mons. Martínez ha pedido a Dios “el don de la paz” en Ucrania, así como en la propia Rusia y en países cercanos al país que sufre la guerra como Polonia, Bulgaria o Rumanía. “Cambia, Señor, los corazones de los responsables de la guerra. Que les lleves a la humanidad y la paz”, oró D. Javier.

“Que el Señor cambie nuestros corazones y el de los responsables de esta guerra, también de los fabricantes de armas”, señaló nuestro arzobispo, quien recordó que cuando el mundo se rige por criterios económicos las guerras son un motivo para generar esa economía.

Los médicos, enfermeros y personal que ayuda en el traslado de heridos, entre otros, también han estado presente en la oración ante el Cristo de los Favores, para que el Señor los sostenga en su trabajo de asistencia a los enfermos.

Pedir al Señor que conduzca nuestra vida por el camino de la rectitud, sin desentendernos “del destino y vida de quienes están cerca” es otro de los momentos de oración: “Que podamos amar y sembrar amor alrededor nuestro”. También se oró a Dios por la búsqueda “en todo del bien”, pidiendo a Dios el perdón de nuestros errores, torpezas y pecados, y sintiendo Su cercanía, la caricia del amor de dios infinito y sin límites. Un amor por cada hombre y mujer, en su propia circunstancia y tal y como somos, que Dios tiene por cada uno de nosotros, como reiteró nuestro arzobispo D. Javier. “Dios nos ama a cada uno, con nuestra historia, forma de ser y con nuestras heridas. Ábrele tu corazón porque Dios te ama”, señaló.

En la última oración ante el Cristo de los Favores, la que señala el costado abierto de Cristo traspasado por la lanza mientras estaba en la cruz, Mons. Martínez habló del Paraíso: “El Paraíso eres Tú, Tu corazón, Tu amor”. “De tu costado ha nacido un río de amor que no se agotará nunca. Ese río de amor que inunda el mundo entero, que es la única medicina que el mundo necesita; que nos devuelve la esperanza y la alegría”.

La oración de las cinco llagas concluyó con la bendición final, y tras ella la Sagrada Imagen de Soledad de Nuestra Señora continúa su recorrido hasta su templo, para participar en la noche de Viernes Santo en la estación de penitencia en la S.I Catedral.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social

Escuchar oración de las cinco llagas