“Un pastorcico, solo, está penado, ajeno de placer y de contento, y en su pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado”. Ese pastorcillo eres tú, Nuestro Padre Jesús Nazareno y esa pastorcilla es la humanidad entera en la que tienes puesto tu pensamiento: en las guerras, en los enfermos, en los pobres, en los esclavos de tantas adicciones, en los pecadores,…en todos nosotros. Gracias, Jesús nazareno, porque nos llevas en tu corazón enamorado.
María Santísima de la Merced, haznos la merced de no olvidar ni ningunear el amor de tu Hijo, ayúdanos a unirnos a Él los domingos en la Eucaristía, en la oración diaria, en la vida cotidiana. Así podremos gustar y ved qué bueno es el Señor.
Francisco Javier Espigares Flores
Vicario General de la Archidiócesis de Granada
Miércoles Santo, 13 de abril de 2022