Fecha de publicación: 22 de septiembre de 2023

Durante la Eucaristía que se celebra hoy viernes, 22 de septiembre, a las 20 horas, con la que también reabre sus puertas tras estar cerrada durante el verano para acometer las mejoras llevadas a cabo en su interior.

A partir de hoy viernes, 22 de septiembre, la parroquia de Nuestra Señora de la Expectación, en Órgiva, albergará las reliquias de los beatos Antonio Caba Pozo, seminarista mártir de la persecución religiosa en España en los años 30, y de la joven granadina beata Conchita Barrecheguren.

Las reliquias de ambos estarán en el altar, donde quedarán entronizadas –depositadas en una ornacina, sellados para siempre- durante la Eucaristía que se celebra a las 20 horas hoy viernes, 22 de septiembre. Presidida por el Vicario General, D. Enrique Rico Pavés, con esta Eucaristía la iglesia retoma sus celebraciones, así como la vida pastoral de la comunidad parroquial, tras los meses de verano en que ha tenido que estar cerrada mientras se acometían las mejoras en su interior. Estas mejoras se refieren a la pintura en la parroquia, los nuevos altares laterales de algunas de las imágenes y el pulido del suelo.

ENTRONIZACIÓN DE LAS RELIQUIAS

Según explica uno de sus párrocos, D. David Salcedo, el pueblo de Órgiva será testigo de un “hecho histórico”, ya que estas reliquias no están aún depositadas en la parroquia, por lo que la Eucaristía comenzará con la procesión de entrada portando dichas reliquias. Éstas serán depositadas en el altar por el párroco de Lanjarón, ya que el beato mártir Antonio Caba Pozo era de este pueblo alpujarreño.

Ambos beatos están vinculados al pueblo de Órgiva y de ahí la acogida de sus reliquias en la parroquia. Antonio Caba Pozo era seminarista de Lanjarón, pueblo de la Alpujarra granadina cercano a Órgiva. Encontró la muerte en el verano de 1936 cuando fue detenido en su pueblo natal y llevado camino a Órgiva, para encontrar la muerte a manos de sus verdugos. Herido, fue llevado al hospital de Granada, pero, al estar muy grave, regresó a Lanjarón donde murió, perdonando a sus verdugos.

Por su parte, la beata Conchita Barrecheguren está vinculada a través de la tradición de presencia de misiones populares y misioneros redentoristas en este pueblo, como atestigua la parroquia, que acoge una cruz de las misiones de esta Orden de 1902 y un cuadro de san Gerardo, religioso redentorista. “Hay mucha gente de Órgiva que también conoce a la beata porque viven en Granada o porque han visitado su carmen”, explica el párroco.

REAPERTURA

La entronización de las reliquias de ambos beatos granadinos coinciden con esta reapertura, al mismo tiempo que se inicia el nuevo curso académico retomando las actividades y catequesis. No obstante, algunas de estas actividades, así como la Eucaristía y los Sacramentos, se han seguido celebrando en un salón de la Casa de la juventud del ayuntamiento de Órgiva, a quien la parroquia expresa su agradecimiento por esta ayuda, con esta cesión que ha permitido a la parroquia seguir activa en sus celebraciones y encuentros.

Ahora, con el nuevo curso académico y la reapertura tan esperada de su iglesia, la vida comunitaria continúa con el inicio de las catequesis para niños de Primera Comunión, grupos de Confirmación y post-confirmación, el coro parroquial, el grupo de oración de alabanza y tres cofradías. También se retoman los grupos Alfa, dedicadas a la evangelización del primer anuncio, este año dirigido a los padres de los niños de Primera Comunión, y Cáritas parroquial.

Paqui Pallarés