Fecha de publicación: 24 de octubre de 2022

En este primer mes como Arzobipo coadjutor, Mons. Gil Tamayo sigue conociendo las distintas realidades eclesiales que se encuentran en Granada. Aprovechando el Triduo de regla a Nuestra Señora de los Reyes, la Hermandad quiso invitarle a participar de la Misa dedicada a esta advocación mariana que incorporó la cofradía en 1989.

“Estamos muy satisfechos”, cuenta el Hermano Mayor de la Amargura y Nuestra Señora de los Reyes, Vicente Gomáriz. “El obispo se ha interesado por la devoción de la Virgen de los Reyes. Vinimos paseando juntos hasta aquí y le ha gustado mucho el entorno del Albaicín”.

CARIDAD Y HUMILDAD

Teniendo presente la parábola del publicano y el fariseo, que anunciaba el evangelio del día, el prelado recordó que antes que la humildad está la caridad como virtud principal. “El Señor nos dice que la virtud más importante es la caridad. San Pablo anunciaba, que ‘aunque yo diera todo lo que tengo en limosnas, si no tengo amor, de nada sirve’”, aseveró.

Citando a Santa Teresa de Jesús, en un guiño a la diócesis de Ávila de donde procede, recordó que la humildad la importancia de la humildad en la vida del cristiano. “Es caer en la cuenta la nada que somos y de lo mucho que es Dios”, anunció. “Eso es la humildad, no es poner cara ‘bobaliconis’, no es torcer la cabeza. La humildad es la verdad, es vernos como somos, con cosas buenas para darle gracias a Dios, y con defectos, que no somos perfectos”.

La celebración prosiguió junto al consiliario de la hermandad del Via Crucis, D. Manuel García Gálvez, que concelebró junto al prelado. Al final de la misma, el Hermano Mayor de la cofradía de la Virgen de los Reyes quiso imponer, en nombre de toda la hermandad, la medalla del Via Crucis al nuevo Arzobispo coadjutor.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social