Durante la Eucaristía presidida por el arzobispo en el IV Domingo de Pascua y Domingo del Buen Pastor. Mons. Gil Tamayo animó a los fieles a orar por las vocaciones, ante la “emergencia vocacional”.
En el Domingo del Buen Pastor, la S.A.I Catedral acogió la celebración del ministerio de Lector de dos seminaristas del Seminario Mayor Diocesano “San Cecilio”, en la Eucaristía presidida por Mons. José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada.
Rosileno dos Anjos Araujo y Javier López-Frías Ramos recibieron este ministerio tras haber sido admitidos a las Sagradas Órdenes en la Santa Misa celebrada el pasado 17 de marzo.
Ambos proceden del Seminario Mayor San Cecilio, donde están desarrollando su formación como candidatos al sacerdocio. Rosileno dos Anjos Araujo, natural de Brasil, llegó a Granada por su pertenencia a la Comunidad Católica Shalom, presente en la Archidiócesis de Granada desde el año 2013. En la diócesis granadina inició su preparación para ser sacerdote. Por su parte, Javier López-Frías Ramos es granadino y comenzó su preparación para el ministerio presbiteral tras haber estudiado una carrera en la Universidad de Granada.
LA PALABRA DE DIOS
El ministerio de Lector es uno de los pasos en esa formación hacia el sacerdocio y se centra en la proclamación de la Palabra de Dios. Durante la liturgia eucarística, ambos recibieron el Evangelio de manos del arzobispo, Mons. Gil Tamayo. El arzobispo les recordaba que es “la Palabra de Dios la que os va acompañando y dando sentido a vuestra oración y contenido”. “Esa Palabra de Dios es lámpara para vuestros pasos, luz en nuestro sendero”, señaló.
Asimismo, durante la homilía, el arzobispo les animó a “transparentar a Cristo”, donde está “el sentido de ministerialidad”, porque “somos servidores”, afirmó D. José María en referencia al ministerio sacerdotal. “Cristo es el fundamento. No podemos encontrar otro fundamento”, siguiendo las enseñanzas de Jesús. En este sentido, Mons. Gil Tamayo incidió en que este paso importante en su formación hacia el Orden Sacerdotal forma parte del camino como servidores de Cristo y su Pueblo santo, siguiendo al Maestro que es Jesucristo que no ha venido a ser servido sino a servir.
ORAR POR LAS VOCACIONES
En esta Eucaristía del IV Domingo de Pascua y Domingo del Buen Pastor se celebró también la Jornada convocada en la Iglesia universal de oración por las vocaciones y por las vocaciones nativas, con el lema “Todos discípulos. Todos misioneros”.
A los fieles congregados y a quienes siguieron la Eucaristía a través del canal Youtube de la Archidiócesis Mons. Gil Tamayo animó a orar por las vocaciones, para que el Señor envíe obreros a su mies. Recordó asimismo que estamos en una “emergencia vocacional”, especialmente en el tiempo actual de saturación, prisas, individualismo y consumismo, que impide que la llamada de Dios al corazón de las personas sea “escuchada y correspondida”.
La Eucaristía estuvo concelebrada por los formadores del Seminario, así como distintos sacerdotes diocesanos.