Fecha de publicación: 31 de octubre de 2022

El pueblo cristiano granadino fue testigo en la jornada de ayer, día 30, de la Ordenación de dos nuevos servidores para la Iglesia de Granada bajo el ministerio diaconal. De esta forma, D. Rafael Morano y D. Emilio José Castillo, ambos seminaristas del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater, dieron un paso más en su camino hacia el Orden sacerdotal siendo nombrados diáconos por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, y acompañados por sus formadores y compañeros seminaristas del Redemptoris Mater y también del Seminario Mayor “San Cecilio”.

La Eucaristía estuvo presidida por Mons. Martínez y concelebrada por D. Eduardo García, Deán de la Catedral y por otros miembros del clero diocesano entre los que se encontraban D. Mariano Catarecha, Rector del Seminario Redemptoris Mater y su vicerrector, D. José García.

Con alegría, los nuevos diáconos fueron presentados, revestidos con la dalmática diaconal ante la comunidad de fieles entre los que se encontraban también familiares y amigos.

EL DON DE OFRECER LA VIDA A LA IGLESIA

Durante su homilía, nuestro Arzobispo reflexionó con los nuevos diáconos sobre el sacerdocio de Cristo: “Es un don poder ofrecer la vida a Dios, poder gastar la vida sirviendo a la Iglesia, poder participar del sacerdocio único de Jesucristo, que es único en el mundo entero y que tiene valor no por el número de personas que congrega, sino por la verdad de lo que se celebra y lo que se vive, por la verdad de la vida de los sacerdotes”.

Asimismo añadió que: “Lo que hace crecer la Iglesia es la caridad teologal, la caridad divina con que vivimos nuestro carisma. Y eso es lo que por lo que hoy damos gracias al Señor, porque os ha llamado, os ha llamado en el Camino Neocatecumenal, os ha llamado en este Seminario Redemptoris Mater y os ha hecho un don inmenso. El Señor con esta llamada os lo hace a vosotros”.

Finalmente Mons. Martínez culminó sus palabras con el deseo de que los nuevos diáconos puedan disfrutar de la gracia recibida: “Que disfrutéis ahora de vuestro diaconado, más adelante de vuestro presbiterado, y que ese disfrute pueda ser un motivo de alegría para la Iglesia y para el mundo, para todos. Si hay algo que escasea en nuestro mundo en estos momentos, es la alegría”.

GRATITUD Y SERVICIO

Para D. Emilio José, descubrir la fe ha sido un camino de descubrimiento del amor de Dios en su vida: “Desde que conocí la fe, a los 12 años, todos estos años de milagros, viendo que el Señor me quiere, que actúa, que ha ido configurando una historia maravillosa conmigo. Para mí ser ordenado diácono es el inicio de un camino aún mayor que está por venir”.

Por su parte, D. Rafael Morano destaca la importancia de la confianza en Dios para convertirse en diácono: “Después de ocho años confiando en el Señor, en lo que él quiere de mi, la ordenación es la alegría de saber que Dios es el que me ha llevado, formado y caminado conmigo trayéndome a cumplir su voluntad que se manifiesta en la ordenación diaconal. Son días de mucha alegría y es una ilusión servir al pueblo de Dios”.

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María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social

 

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