Escrito de D. Manuel Reyes Ruiz tras recibir la Medalla de oro al mérito por la ciudad de Granada.
En razón de mis cargos anteriores he asistido con frecuencia a este acto anual de Entrega de Honores y Distinciones de la Ciudad de Granada. Siempre he tenido la alegría de ver cómo las realidades de nuestra Iglesia, instituciones y personas, suelen ver reconocidos por nuestro Ayuntamiento sus trabajos en beneficio de la sociedad granadina. También lo ha sucedido en este año. Ha sido valorada la aportación de tres de las más antiguas y tradicionales Hermandades: el Santo Sepulcro, el Vía Crucis y el Silencio. Esto en el campo eclesial de la religiosidad popular. También ha estado presente la labor educativa de la Iglesia con el colegio amor de Dios que cumple cincuenta años de servicio en un barrio especialmente necesitado de atención. En mi persona se ha visto reconocida la labor de la Iglesia diocesana en el mantener y mostrar su excepcional patrimonio cultural y artístico. Para completar estos tres ámbitos, estuvo presente la memoria de un cristiano ejemplar fallecido hace unos años, don José Sánchez Faba. Las distintas intervenciones recordaron su compromiso y excepcional servicio a la Iglesia y sociedad granadina en el campo del apostolado seglar en los Cursillos de cristiandad, en la política como significado militante y primer presidente democrático de la Diputación Provincial y, muy especialmente, en el servicio a los pobres como Director de Cáritas diocesana y Cáritas nacional. Su medalla fue concedida a título póstumo y fue recogida por su hijo José María. Demos gracias a Dios por estas realidades que dan luz a nuestra Iglesia a través de su presencia en ámbitos humanos tan diversos.
Manuel Reyes Ruiz