El 10 de julio.
El 10 de julio de 1923 fallecía en Granada el sacerdote D. Andrés Manjón, fundador de las Escuelas Ave María, dedicada a la formación de los niños más necesitados y marginados, especialmente del barrio del Sacromonte.
Su implicación en esta caridad de educar a los niños en una época en la que era un lujo reducido sólo a las familias pudientes, dio origen a una obra educativa que hoy continua a través de la Fundación Patronato Escuelas Ave María, que mantienen, un siglo después de su fallecimiento, su legado, su método pedagógico relacionando aprendizaje y juegos, y su espiritualidad.
Este 2023 es el año del centenario de su fallecimiento, y desde que comenzara el curso pasado se están llevando a cabo distintas actividades para mostrar ese legado que ha dejado D. Andrés Manjón y su persona, que, desde su vocación sacerdotal, estuvo cerca de los más pequeños y sus familias más necesitadas. Un centenario que promueve el Patronato de las Escuelas Ave María, en Granada, donde se encuentra la Casa madre.
EN LA ABADÍA DEL SACROMONTE
Andrés Manjón también fue canónigo de la Abadía del Sacromonte. Por ello, este lugar de la Iglesia en Granada conmemora hoy lunes, 10 de julio, el centenario de su fallecimiento.
A las 19 horas, tendrá lugar una visita guiada gratuita a la Abadía, guiada por su abad D. Antonio Fernández Siles. Para participar en la visita guiada, no es necesaria reserva de plaza, pero sí se ruega puntualidad. Después, a las 20:30 horas, se celebrará una misa funeral por D. Andrés, en la iglesia de la Abadía. A ambas convocatorias están invitadas todas las personas que deseen asistir.
Recientemente, el pasado mes de mayo, la Casa madre de las Escuelas Ave María acogía la Eucaristía en memoria de D. Andrés Manjón, presidida por la Sagrada Imagen de la Virgen del Rosario, cuya Archicofradía también asistió. D. Andrés expresó su profunda devoción a la Virgen del Rosario en sus continuas visitas a la iglesia de Santo Domingo. A Ella encomendó la obra de las Escuelas Ave María. Con esa Eucaristía, que ofició el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, de alguna manera la Virgen del Rosario devolvía sus visitas al templo de Santo Domingo hace más de un siglo.
Paqui Pallarés