La celebración estuvo presidida por D. Francisco Espigares, Vicario general de la Archidiócesis, y concelebrada por D. José Luis Ontiveros, párroco de la iglesia de la Encarnación de Íllora.
Un grupo de 37 personas recibieron el don del Espíritu Santo y fueron confirmadas en la fe católica, la mayoría jóvenes, algún adulto y dos matrimonios jóvenes, todos formados en catequesis en la misma parroquia.
D. Francisco Espigares aclaró a los confirmados que es el Señor quien les confirma en la fe: “Mucha gente se cree que la Confirmación es un acto de reafirmación del hombre frente a Dios: ‘Mira, Señor, creo y delante de Ti afirmo que ya soy adulto en la fe, que me puedo comprometer´. No, no. La Confirmación es Dios que confirma el amor por ti, te eligió, te hizo su hijo en el Bautismo, te alimentó con la sangre de su hijo en la Eucaristía y te quiere dar su Espíritu para que tú, con el mismo amor de Dios puedas corresponderle a Él y puedas vivir una comunión de amor que hace Dios en nosotros independientemente de planteamientos ideológicos, de poderes, de partidos políticos, de partidos de fútbol, de formas de pensar, de etnias, incluso hasta de religiones. Dios hace realmente la comunión a través de su Espíritu Santo”.
Recibir el Espíritu Santo
Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los sacramentos de la iniciación cristiana, cuya unidad debe ser salvaguardada.
En la celebración de la Eucaristía, después de la proclamación del Evangelio, el catequista presentó a los confirmandos, llamándolos uno a uno por su nombre. El vicario general les llamó a renovar las promesas bautismales, haciendo la profesión de fe. A continuación, el vicario les impuso las manos y les ungió con el Santo Crisma, haciéndoles una cruz en la frente.
La imposición de las manos es uno de los gestos para conferir el don del Espíritu Santo y nos indica la transmisión de un poder, de una fuerza para ellos. La unción con el Crisma representa la plena difusión de la gracia. Significa que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pascual de Cristo, han muerto, han sido sepultados y resucitados con él, participando de su sacerdocio real y profético, y recibiendo por la confirmación la unción espiritual del Espíritu Santo, que se les da.
Restauración de iglesia
En la Eucaristía se celebró también la acción de gracias por la restauración de la iglesia, llevada a cabo gracias a la Plataforma pro-restauración de la iglesia de LA Encarnación de Íllora, el Ayuntamiento del pueblo y la Diputación de Granada, los duques de Wellington y los fieles de la parroquia.
De momento, se ha restaurado la torre y el campanario de la iglesia, las cubiertas exteriores y los arcos que rodean las dos puertas de entrada al templo.
Rosa Die Alcolea