Fecha de publicación: 8 de mayo de 2023

En su oración mariana del Regina Caeli desde la Plaza San Pedro, en la mañana del 7 de mayo, el Papa Francisco aludió a la beatificación de Conchita Barrecheguren, que el sábado 6 de mayo celebrábamos en la Catedral.

“Postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consuelo. Murió en 1927 con 22 años”, señaló el Papa, quien pidió a los asistentes en la Plaza de San Pedro un aplauso para la nueva beata. También para otro nuevo beato, el obispo Jacinto Vera, que fue beatificado ese mismo 6 de mayo en Montevideo (Uruguay), “un pastor que cuidó de su pueblo” y vivió en el siglo XIX.

La beata Conchita Barrecheguren falleció con 22 años de tuberculosis. Junto a su padre Francisco fue declarada Venerable en mayo de 2020. La ceremonia de beatificación en la Catedral congregó en torno a 2.500 personas procedentes de la provincia de Granada y distintos puntos de España, entre ellos Alicante, lugar donde se inició la novena a Conchita por cuya intercesión una niña de 16 meses se curó de su enfermedad.

“Esta nueva beata se convierte para todos nosotros en un modelo a imitar. Sobre todo, a quien se encuentra en el sufrimiento y en la prueba, la beata Conchita, con el ofrecimiento de su joven y breve existencia y con la confianza total en Dios, muestra cómo la conformación a Cristo, en el amor crucificado, transforma la sustancia de la vida, aún la más compleja y difícil”, señalaba el cardenal Mons. Marcello Semeraro, que, en representación del Papa Francisco, beatificaba a la joven granadina.