Fecha de publicación: 2 de abril de 2012
Con la bendición de los ramos y palmas en la Plaza de Pasiegas, enfrente de la Santa Iglesia Catedral, dio comienzo la Semana Santa, en el Domingo de Ramos, que presidió Mons. Javier Martínez.
Durante la homilía, Mons. Javier Martínez habló sobre la entrega de Jesús en la Cruz. “Los poderosos del mundo buscan el poder. El reinado de Cristo es justamente lo contrario, se entrega a la muerte para que aquellos que le reconocen como rey sean libres de la muerte, del poder de la muerte, del poder del pecado que conduce a la muerte”.
“La Cruz es la cruz gloriosa. La cruz no es sólo el lugar de la humillación de Dios, también el lugar de la victoria de Dios, de la victoria de Dios sobre nuestro mal”, señaló nuestro Arzobispo.
Mons. Martínez concluyó la homilía con una oración: “Señor, abre nuestros corazones. Igual que Tú entraste en Jerusalén y entraste para morir, permítenos a nosotros entrar en tu pasión, y entrar para unirnos a Ti de tal manera que comprendamos toda la vida, todo el río inagotable de vida que brota de tu cruz y que Tú has hecho brotar en nuestra tierra para cada uno de nosotros, para todos los hombres”.