El Convento de la Visitación congregó ayer a los miembros de la familia salesa de Granada para dar gracias a Dios por este tiempo de gracia que la congregación ha vivido con la celebración del Año Jubilar con motivo del IV Centenario del fallecimiento de su fundador, San Francisco de Sales.

Un tiempo de júbilo y alegría que ha sido también continuación de otro Año Jubilar importante para la Orden que se celebró el 2020 con motivo del centenario de la canonización de Santa Margarita María de Alacoque, religiosa visitandina.

En esta ocasión, la Eucaristía estuvo presidida por D. Francisco Tejerizo, Vicario territorial de la zona I y concelebrada por D. Francisco Mingorance, Consiliario de la Guardia de Honor.

D. Francisco Tejerizo se dirigió al inicio de la celebración a la Guardia de Honor: “Que vuestra oración sostenga la vida de la Iglesia y de vuestro instituto centrado en el amor de Dios y en la Eucaristía. El Papa Francisco ha hablado hoy de San Francisco de Sales. Todos los que pertenecéis a esta familia es un signo de la Navidad del Señor dentro de esta octava”.

CONSAGRADOS AL SAGRADO CORAZÓN

Al término de la celebración en la que los presentes pudieron recibir la indulgencia plenaria tuvo lugar también la consagración al Sagrado Corazón de Jesús de cuatro nuevos miembros de la Guardia de Honor que fueron recibidos por su presidenta, Ana Jiménez, y por el resto de hermanos y fieles presentes.

“Acudió mucha gente a la celebración solemne y a la vez sencilla. Para mí D. Francisco Tejerizo dio una gran catequesis para vivir la navidad profundamente. Después de acoger con alegría a los nuevos miembros de nuestra Guardia de Honor tuvimos un chocolate caliente solidario con las hermanas que fue una oportunidad estupenda para encontrarnos con ellas y vivir juntos la alegría de la Navidad”, comenta Ana Jiménez.

GUARDIA DE HONOR

En el seno de la Orden de la Visitación nació en 1863 la Asociación Eucarística Guardia de Honor del Sagrado Corazón (Hora de Presencia al Corazón de Jesús) con el fin de responder a la queja de Jesucristo :“Busqué quien me consolara y no lo hallé”.

De este modo, los asociados de hora en hora, continúan la misión de la primera Guardia de Honor del Calvario (María, Juan y María Magdalena) comprometiéndose a dedicar una hora de su día a ofrecer al Corazón de Jesús todo lo que haga durante ese tiempo, sin cambiar su ocupación diaria: trabajo, estudio, deporte, oración u otras actividades.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social